Aguas del Silala solo benefician a Chile

El caso de las aguas del Silala, íntegramente de propiedad de Bolivia, ha despertado, a través de los años, infinidad de criterios y comentarios en sentido de que “deberían servir, muy especialmente, al país”; sin embargo, desde el año 1908 en que se dio los permisos necesarios a una compañía ferroviaria, solo Chile se ha beneficiado con esas aguas y lo que pregonaron muchos gobiernos sobre “urgentes realizaciones para aprovechar esas aguas” ha quedado en nada.

El actual gobierno, desde el primer momento en que tocó el tema, ha expresado la intención de utilizar esas aguas de manantiales especialmente en beneficio del departamento de Potosí; en los últimos dos años, por las diversas posiciones de Chile en relación con esas aguas, se ha formulado diversos planes y se ha señalado la “intención firme” de aprovecharles; han visitado muchas comisiones la región del Silala, inclusive parlamentarios han viajado a esa región y no ha faltado la visita corporativa de ministros para “examinar y ver esa región”; pero, que se sepa, nunca hubo informes pormenorizados sobre las impresiones de tan numerosas visitas y, por supuesto, tampoco declaración consistente sobre la urgencia de planificar; sugerir proyectos o planes para que las aguas del Silala sirvan a los bolivianos.

Habría que preguntar: ¿Por qué hasta ahora, en muchos años, no se pudo ejecutar algún plan para la utilización del Silala? ¿Es que se piensa dejar que el tiempo lo arregle todo porque los bolivianos no tenemos capacidad para disponer de lo que es nuestro? ¿O es que se cree que esas aguas solamente pueden y deben servir a Chile? Hay mucho que responder y lo extraño es, además, que muchos funcionarios de Cancillería, de todos los gobiernos, han visitado la región y han elevado informes que jamás se conoció en detalle porque ¿tal vez se considera que no han arribado a ninguna conclusión?

Mientras exista desidia y hasta indiferencia en nuestro país en relación con este problema, Chile vivirá tranquilo y aprovechando las aguas del Silala y haciendo propaganda a su favor, alegando derechos que no tiene. Es, pues, urgente que el gobierno se pronuncie al respecto y haga conocer qué estudios se ha hecho y si existen planes para aprovechar esas aguas que son bolivianas; es preciso que se sepa cómo y en qué pueden ser utilizadas en el país, especialmente en regiones aledañas a los manantiales y hasta desviarlas hacia regiones cercanas a la ciudad de Potosí, que adolece del grave problema de falta del líquido que es vital.

El Silala debe seguir siendo un medio de unidad entre los bolivianos, pero sin descuidos ni dejadez que lastiman a todos.