Cartas ocultas de Rusia

El ping-pong de expulsiones de diplomáticos provoca escalofriantes recuerdos a quienes vivimos la guerra fría. ¡¡¡Guerra fría!!!

Tiene algo de falso esta escena. Rusia se enfrenta a occidente y no tiene estatura de potencia económica. Es la décima economía del mundo, después de Brasil. Medida por PIB per cápita, la economía rusa es la número 47 en el mundo.

Su economía es del tamaño de la de España, pero con tres veces más población que España. El periodista español Pablo Pardo, escribiendo en El Mundo: “Que un país con la esperanza de vida de Bolivia, la economía de España, y la riqueza por habitante de Grecia juegue el papel de Rusia en el mundo debería ser motivo de tesis doctorales”.

En los grandes torneos de tenis, un jugador con esas calificaciones no podría medirse con Nadal, Federer, Del Potro. Tendría que jugar en las ligas menores.

Es cierto, tiene 7.000 ojivas nucleares todavía. Un poco antiguas, porque fueron fabricadas por la finada y derrotada URSS, pero que figuran en las tenebrosas contabilidades. Algo que no tendría que enorgullecer a nadie.

Entonces, viene la interrogante mayor: ¿cuál es el poder económico real de Rusia? ¿Tiene cartas ocultas?

Hay una tesis que propone lo siguiente: después del derrumbe de la URRS (1989-1991), quienes se adueñaron de los despojos de la superpotencia decidieron seguir jugando en las ligas mayores cobijándose en la economía ilegal.

Rusia no había podido destruir al capitalismo en franca lid y, desde su vergonzosa derrota, decidió combatirlo atrincherado en las catacumbas de la economía, en los antros de lo ilegal, en los nidos de ratas.

Lo que exige saber cuál es el verdadero tamaño de la economía ilegal en el mundo. La “Economía canalla”, como la llama Loretta Napoleoni.

¿Se puede administrar, manejar, la economía canalla y proponerse, apoyado en ella, jugar a la política en un país, en una región, en el mundo? “Ilegales del mundo, uníos”.

En esta lid del Siglo XXI, lamentablemente, el gobierno de Bolivia está del lado de Rusia. El único indicio para entender esto es que en Bolivia también la economía ilegal es muy poderosa, más que la legal. Maneja el poder. ¿Será esa la explicación?

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