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Mujeres privadas de libertad, las más ignoradas de la sociedad

• Las mujeres en situación de cárcel también deben ser tratadas como madres de familia, adolescentes embarazas, niñas abusadas… “mujeres visibles con problemas muy visibles”, la política penitenciaria integral debe tomar en cuenta criterios de género, plantea el BID.


MUJERES EN CONDICIONES DE RECLUSIÓN PENITENCIARA EN MAYOR DESVENTAJA.
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El gasto público en la administración de prisiones en la región es del 0,20% del Producto Interno Bruto (PIB), dentro de estas limitaciones las mujeres en condición de privación de libertad son el segmento más excluido, según estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre Seguridad Ciudadana. El sistema carcelario con políticas vinculadas al desarrollo social es casi inexistente en Bolivia.

Las características particulares de las mujeres privadas de libertad, según la investigación “Mujeres Invisibles” efectuada por Mauricio Bastién, consultor del área de Seguridad Ciudadana del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington DC. revela que el promedio de edad de la mujer privada de libertad en América Latina y el Caribe es de 36 años, el 90% tiene hijos, y la mayoría de ellas se convirtió en madre durante la adolescencia. Emparejadas, pero separadas por la cárcel.

“Mujeres Invisibles” da cuenta que las mujeres privadas de libertad “inician su carrera delictiva de forma tardía, son menos violentas y reinciden en menor grado que los hombres. El motivo más frecuente por el que la mujer ingresa al sistema penitenciario es por tráfico o tenencia de drogas (38%) y robo (22%)”.

La población carcelaria femenina en Bolivia tiene como elemento común privaciones económicas “desde siempre”, condicionadas por el acceso a una escasa e incompleta educación que la confina a empleos con salarios paupérrimos, al margen de la seguridad social.

Otra investigación, titulada “La Mujer Frente Al Delito: Factores Asociados a la Reincidencia Delictiva Femenina”, realizada por Eric Roth y Adriana Zegada, Universidad Católica Boliviana (UCB) “San Pablo de La Paz, 2016, revela que la población penitenciaria femenina particularmente en Bolivia está fuertemente vinculada a situaciones de confrontación con la violencia, consumo de alcohol u otras sustancias.

Esta investigación evidenció que el mayor porcentaje de mujeres encarceladas son madres jóvenes y a menudo madres solteras o solas en la responsabilidad de la crianza, mantenimiento y educación de los hijos.

Esta variable es una de las condicionantes para la reincidencia, que según el estudio de Roth y Zegada la probabilidad es de casi una cuarta parte (25%) de ésta.

“7 de cada 10 mujeres privadas de libertad dicen tener pareja, de las cuales el 40% admiten que su pareja también se encuentra detenida. Entornos familiares violentos y abandono del hogar. Mayoritariamente se trata de mujeres que han atravesado una infancia difícil, carente de oportunidades y afecto. 4 de cada 10 mujeres admiten haber abandonado a una edad temprana su hogar; 6 de cada 10, fueron testigos de violencia intrafamiliar; y 4 de cada 10 creció en un barrio con bandas delictivas”, señala BID en coincidencia con el estudio de Roth y Zegada.

El 65% de las mujeres cometieron delitos de manera conjunta con otras personas, peor en sólo 11% de los casos las mujeres llevaban arma de fuego, lo que puede explicar una conducta delictiva que no buscaba generar un daño físico mayor a la víctima. Aspecto que revela importantes lazos de codependencia entre sus parejas y la comisión del delito. Este aspecto muestra también que en muchos casos las mujeres delinquen con o por sus parejas.

MAYOR PRESENCIA FEMENINA EN DELITOS

Desde la experiencia diaria que enfrenta la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de La Paz, la presencia de mujeres en el ámbito delictivo también ha sufrido modificaciones, tanto por una mayor presencia como por ciertos roles concretos, como la complicidad. Sin embargo, la mayoría de los casos vinculados a cuadros de violencia contra la mujeres, refirió el jefe de la División Propiedades, mayor Juan José Millan.

“La delincuencia no discrimina sexo o edad, mujeres jóvenes o no. De un tiempo a esta parte las mujeres tienen una participación muy activa. La participación de la mujer, en muchos casos es determinante”, apuntó Millán tras señalar que esta realidad también se refleja en el sistema carcelario para mujeres, con más debilidades que el régimen de varones.

“Es un nuevo ‘modus operandi´ de los hombres delincuentes el empleo de mujeres para delinquir. La mujer cómplice se acerca a la víctima para generar misericordia y compasión, en un descuido de la víctima mientras busca una moneda sus cómplices atacan por la espalada. Son, generalmente, personas con antecedentes penales”, señala a modo de ejemplo respecto de una de nuevas las formas de delinquir de las mujeres.

También en criterio de la autoridad policial, la incursión de las mujeres en el ámbito delictivo, cada vez a menor edad, está vinculada a situaciones de violencia en el entorno familiar, que implícitamente genera condiciones de falta de control.

“Estamos convencidos de que la falta de control familiar, el exceso de consumo de alcohol en personas que están saliendo del período de la pubertad y entrando a la adolescencia, especialmente en mujeres es una de las razones para este aumento de la población femenina en el mundo del delito, aunque comparativamente con los hombres es mucho menor”, puntualizó Millán.

Sobre este aspecto, la investigación efectuada por Roth y Zegada señala la importancia de tomar en cuenta aspectos de género para entender la expresión del delito en las mujeres.

“La criminalidad femenina ha sido calificada como menos persistente y menos frecuente, lo que corrobora el bajo porcentaje de la población carcelaria femenina en Bolivia (respecto de la masculina) 1.595 a nivel nacional, según el Instituto Nacional de Estadística Anuario Estadístico (INE 2013).

Asimismo, los tipos de delito que las mujeres tienden a cometer, son de índole menos violento, por tanto menos graves. “Estas evidencias aconsejan aproximarse con mayor detalle a la naturaleza y características del comportamiento delictivo de la mujer”, plantea la investigación al aclarar que tal propuso concentrarse en la reincidencia del delito, sus correlatos y predictores en población carcelaria femenina.

 
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