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Amor eterno, el reencuentro con la afición

El histórico seleccionado nacional que clasificó al Mundial de 1994, ayer celebró en el Hernando Siles, la hazaña de hace 25 años.


El momento en que Carlos Borja levanta el trofeo entregado por Percy Luza.
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El romance que se inició a mediados de 1993 y que se consolidó un 19 de septiembre de ese año con la clasificación de la Selección boliviana al Mundial de estados Unidos 1994 se convirtió en un amor eterno con el público de La Paz, que anoche en el estadio Hernando Siles le dio una nueva muestra de sus sentimientos.

25 años después de esa Promesa de Amor, como el título de la canción del grupo Bonanza, la letra de ese tema musical le cae como anillo al dedo, por la forma en la que ayer la Selección y su público se fundieron en muestras de cariñó.

“Hemos jurado amarnos hasta envejecer, hasta morir de viejos hasta enloquecer”, dice una de sus estrofas y anoche se volvió a cumplir esa pasión iniciada el 93, porque jugadores e hinchas volvieron a reverdecer esos sentimientos.

Pero como todo amor eterno, el inicio no fue el de los mejores. El equipo de Xabier Azkargorta tuvo que enamorar a su gente, a esa niña mimada de esta ciudad Maravillosa.

El primer contacto no tuvo la respuesta esperada, el equipo del español no había logrado el flechazo que esperaba antes de partir a la Copa América de 1993, en Ecuador. “Vaco te la comiste”, fue el título de un periódico paceño, luego de la derrota ante Chile, antes de partir a la cita continental.

En Ecuador se comenzó a revertir la relación, fue el primer guiño. No se pasó la fase de grupos, pero el rendimiento había sido bueno y se podía soñar.

En el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, en Barcelona, la Selección del Bigotón Azkargorta comenzó a gestar la clasificación al Mundial del 94 y el amor con su gente. Fueron 45 días en los que el Vasco logró plasmar su propuesta táctica, trabajar físicamente, pero principalmente convencer a sus jugadores de que podían luchar por la gran hazaña.

Con la Eliminatoria dividida en grupos, Bolivia debutó con Venezuela de visitante. Una vez más el comienzo fue complicado, pero la Verde revirtió un marcador adverso para terminar goleando 7-1.

El chispazo de amor fue en el Siles, contra Brasil. Pese a que el arquero Claudio Taffarel le tapó un penal a Erwin Sánchez, el equipo siguió luchando hasta tumbar al gigante. Bolivia le quitaba el invicto a Brasil en Eliminartorias con un triun fo por 2-0, con goles de Marco Etcheverry y Álvaro Peña.

Esa tarde comenzó todo, fue el germen para este Amor Eterno. Luego vendrían los triunfos ante Uruguay 3-1, Ecuador 1-0 y Venezuela 7-0, todos en La Paz, que nos permitirían quedar a un paso de la Copa del Mundo.

Tras cuatro partidos consecutivos en La Paz, la Verde debía salir de su casa. Brasil nos esperó herido en Recife, donde sacó a relucir todo su potencial y en complicidad con las altas temperaturas lograron vengar la derrota de la primera ruedas con una goleada 6-0 a favor.

En Uruguay hubo cosas extrañas, un gol de penal al minuto de juego y otro en el sexto minuto de adición de la etapa inicial, además de la expulsión de Juan Manuel Peña, le permitieron ganar al local 2-1.

Pero la fuera de este amor pudo más. La Selección de Azkargorta necesitaba un punto para clasificar por primera vez a un Mundial y el 19 de septiembre de 1993 consiguió su objetivo en Guayaquil, donde empató 1-1 con Ecuador.

A partir de ese día el romance nunca llegaría a su fin, la Verde recibió todo el amor de su gente en su llegada a La Paz, ciudad que anoche le volvió a mostrar que hay amores eternos e inolvidables.

Los ídolos volvieron a pisar el césped del Siles, con algunos kilos demás, con cabellos blancos, en algunos casos, o sin ellos, en otros. Etcheverry y compañía volvieron a mostrar destellos de su talento y eso fue suficiente para volver a captar los aplausos de la gente.

Abuelos y padres explicaron a los más pequeños quiénes fueron esos héroes que llevaron a Bolivia a lo más alto del fútbol mundial y la forma en que en estos 25 años se pudo hacer eterno este amor.

LA VERDE CELEBRÓ CON FÚTBOL Y GOLES

Como en el 93, cuando los hinchas gritaron hasta quedar afónicos el gol de Marco Antonio Etcheverry a Brasil para el triunfo 2-0, anoche el tanto del Diablo fue el más coreado para el

triunfo 6-3 de la Selección boliviana que se clasificó al Mundial de Estados Unidos 1994 ante un combinado de jugadores de esa época. Sin la agilidad de sus mejores épocas, los jugadores de ambos equipos mostraron en el estadio Hernando Siles que su técnica está intacta. Marco Antonio Etcheverry fue el más ovacionado de la noche, que ante el pedido de la gente volvió al campo de juego luego de haber sido sustituido. El partido fue lleno de goles y todos de calidad. Los tantos de la Verde fueron convertidos por Luis Cristaldo, Jhonny Villarroel, ambos en dos oportunidades; Mauricio Ramos y Etcheverry.

Para los Amigos de la Selección anotaron Limberg Gutiérrez, Richard Cueto, Raúl Gutiérrez. El equipo inicial de Xabier Azkargorta formó con Marcelo Torrico, Carlos Borja, Miguel Ángel

Rimba, Juan Manuel Peña, Marcos Sandy, Luis Cristaldo, Milton Melgar, Marco Etcheverry,

Julio César Baldivieso, William Ramallo y Jaime Moreno. Alternaron: Iván Castillo, Jhonny

Villarroel, Juan Carlos Ríos, Mauricio Ramos, Modesto Soruco y Álvaro Peña.

Miguel Terán

 
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