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Pesticidas amenazan abejas y cultivos en el Chapare

Según la Sociedad Boliviana de Entomología, en el país existen más de 400 especies de abejas


Insecticidas con altos contenidos de órganos fosforados estarían matando enjambres de abejas nativas.

Una investigación realizada por el medio de comunicación español Euronews reveló que en la zona del Chapare del departamento de Cochabamba, los productores cocaleros estarían utilizando insecticidas con altos contenidos de órganos fosforados para rociar sus cultivos de coca, lo que estaría matando los enjambres de especies de abejas nativas.

Según las declaraciones de apicultores de la región estos insecticidas son muy fuertes y afectan el sistema nervioso y de orientación de las abejas que las alejan de sus panales y mueren en los campos.

“El fuerte olor de los insecticidas que están usando los cocaleros están afectando la crianza de las abejas, además de otras especies nativas y endémicas de las regiones tropicales como está ocurriendo en el Chapare”, dijo Ariel Céspedes, biólogo miembro de la Sociedad Boliviana de Entomología a la red ATB.

Según el estudio en la región del Chapare, la población de las abejas se están reduciendo de manera rápida, debido a los pesticidas que se colocan en los cocales.

Céspedes informó que los pesticidas colocados en los cocales, no sólo están afectando a los apicultores, sino los cultivos de tomates, ají, maní, entre otros.

“Los insecticidas tiene altos grados de órganos fosforados, sustancias toxicas que se acumulan en el organismo de las abejas y vuelve loco su sistema nerviosos central. Estamos hablando de muchas especies de abejas que tiene su importancia pero también afectan a los cultivos nativos relacionados con las abejas” afirmó.

Los insecticidas fosforados son económicos pero tóxicos, por eso fueron prohibidos en varios países del mundo.

El problema también está afectando a los apicultores de la región de los Yungas, donde los cocaleros también utilizan insecticidas tóxicos, dijo René Villca, apicultor en el municipio de Coroico.

“De las 20 colmenas que tengo, diez están produciendo de manera normal y diez no. Obviamente tienen población, pero tienen mucha menos”, lamentó.

Los expertos advirtieron que los pesticidas también se utilizan para proteger otros cultivos como plantaciones de café o algunas frutas tropicales.

Los efectos de estos productos químicos en las abejas son irreversibles y afectan principalmente sus aptitudes motoras y espaciales, alteradas por componentes altamente tóxicos llamados organofosforados.

 
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