Industrialización de derivados

La pasada semana, el presidente Evo Morales, en reunión con representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU), presentó una serie de productos provenientes de la industrialización de la hoja de coca como parte del discurso de defensa de su gobierno respecto a la hoja milenaria.

La industrialización de la coca ha sido un aspecto que ha utilizado el Ejecutivo para justificar la necesidad de ampliar los cultivos de la planta y encubrir el incremento del narcotráfico, según manifestaron en varias ocasiones legisladores opositores y analistas.

Sin embargo, el diputado opositor por Convergencia Nacional (CN), Mauricio Muñoz, sostuvo que es parte del proceso de industrialización de la hoja de coca, ya que es propietario de una fábrica de licor en base a este insumo desde hace más de 30 años.

“Hemos logrado fabricar un licor de coca en aguardiente. Así como un licor de maca, quinua y otros productos, nosotros defendemos la hoja de coca como base para la industrialización, no para el narcotráfico como se hace en el Chapare. Es un licor que se lo puede degustar antes o después de las comidas y también tiene carácter digestivo”, dijo.

Los productos derivados de la hoja sagrada son principalmente el mate, pasta de dientes, bebidas energizantes o harina de coca, entre otros.

Según el libro “Escritos de la Cocaína”, del padre del psicoanálisis Sigmund Freud, “dichas hojas poseen 14 alcaloides naturales dentro de los cuales cabe distinguir la blobulina, que es un cardiotónico que regula la carencia de oxígeno en el ambiente, mejorando la circulación sanguínea y, como se indicó antes, evita así el mal de las alturas. Sin embargo, el alcaloide más conocido es la cocaína, el cual, consumido a través de la masticación de la coca, tiene propiedades anestésicas y analgésicas.

Para que los productos derivados de la hoja de coca sean útiles y beneficiosos para la salud y energía del organismo, deberían ser fabricados con menos del 0.3 % de alcaloides. Al respecto, Muñoz explicó que un proceso como éste, es demasiado costoso para los fabricantes y empresarios bolivianos que no cuentan con esa tecnología.

“Existe una técnica que aplican dos industrias en el mundo, en Alemania y en Estados Unidos, es sumamente costoso. Pero en el trabajo que hacemos nosotros que es de calidad, hacemos un licor con sabor auténtico a coca. Llegamos a extraer los alcaloides, casi en su totalidad y la cantidad que queda es mínima y no es dañina para la salud”, sostuvo.