Retorno de indígenas se torna una odisea por falta de recursos



Recogiendo hasta el último bolsón y la última cama, centenares de hombres, mujeres y niños indígenas dejan paulatinamente la Sede de Gobierno.

“Les juro que los voy a extrañar”, dice un joven universitario abrazando a una madre indígena antes de que ésta pueda unirse a sus compañeros en uno de los primeros buses que partió hacia las comunidades del oriente. La población paceña les dejó el recuerdo de su cariño y solidaridad, mientras que el Gobierno sólo indiferencia y violencia, según dijeron los comunarios de Tierras Bajas. Ratificaron que defenderán su territorio a toda costa. Sin embargo, la falta de dinero obliga a los marchistas a partir en grupos, de acuerdo a los recursos que reciben por la población.

“Hay que ser optimista para pensar que se podrán ir todos hoy, son más de 800 personas, no hay dinero y cada bus sólo tiene espacio para 50 personas”, comentaba un personero de la Alcaldía Municipal de La Paz.

Hoy, aún quedan cerca de 300 personas que no pueden regresar por falta de recursos. Con el aporte recibido hasta antes del mediodía de ayer, partieron dos conteiners o camiones especiales para llevar grandes cargas, como los paquetes que contienen las donaciones de la población hacia los indígenas. Incluso entre los corregidores se escuchan comentarios de que algunas cosas deberían ser donadas a algún asilo u orfanato, por que “son demasiadas bolsas”.

Un grupo de niños desayunaban apresuradamente, temiendo que el bus, cuya hora no estaba definida, podría llegar en cualquier momento. Pero la espera se hizo cada vez más larga, llegando el mediodía, momento en que dos flotas se acercaron para recoger a los primeros indígenas que se trasladarían a Trinidad y Santa Cruz.

“En verdad me siento muy triste, ahora que se van, son 16 días en que estuvieron acá y me he acostumbrado a ustedes, les juro que los voy a extrañar”, decía Luis Canqui, un joven universitario que junto a sus compañeros abrazaba y ayudaba a los originarios a subir sus pertenencias a los buses.

Pero los indígenas de Tierras Bajas, además de la emoción y la tristeza que sienten al irse, lamentan que su retorno y el traslado de la defensa del Tipnis, se haya tornado en una verdadera odisea para los marchistas cuando hubo otras ocasiones en que la situación fue diferente.

“El Presidente sólo ayuda cuando le conviene. Cuando a escondidas de los dirigentes, el ministro Romero, firmó convenios con algunos hermanos y el Gobierno trajo flotas para que se regresen a sus comunidades y a nosotros que nos mantuvimos fuertes en la lucha, ¿Quién nos ayuda?”, cuestionó Pedro Yujo.

“Si fuéramos apoyados por políticos viajaríamos en avión”, decía otro comunario a la red PAT. Su observación recuerda el apoyo que el Gobierno central le dio a los marchistas del Consejo Indígena del Sur (Conisur) que en febrero lograron que el Legislativo apruebe la Ley 222 de consulta.

El grupo liderado por Gumercindo Pradel tuvo apoyo en el coliseo cerrado Julio Borelli, con víveres, frazadas y apoyo directo del Gobierno central. Luego se pagó pasajes para que los colonizadores del Tipnis retornen a su región, dentro del Polígono 7.

Mientras en cercanías de Plaza Murillo, las calles ya no están bloqueadas, aunque aun existen uniformados policiales, es momento de partir. El líder indígena Fernando Vargas, subió a los buses a dar las últimas palabras a sus compañeros. Así las flotas parten esta vez escoltadas por guardias municipales a diferencia de su llegada, cuando eran los propios efectivos policiales quienes los acompañaron a su llegada a La Paz e incluso colaboraron con ellos para evitar enfrentamientos con sectores afines al Ejecutivo.

Por las ventanas, los indígenas agitaban las manos dando el último adiós a quienes vinieron a despedirlos. “Son gente sencilla, humilde sabia, que nos han enseñado mucho, esperemos que no suceda nada malo allá”, decía una ciudadana agitando su pequeña bandera patujú que le entregó una indígena.

DATOS

- La novena marcha partió desde Trinidad el 26 de abril con 500 personas, luego subió a mil.

- En cercanías de La Paz se unieron comunarios de Altiplano sumando casi a 2 mil marchsitas.

- En la ciudad de La Paz un grupo de 200 personas hizo vigilia en pleno centro paceño por dos semanas.

- Aún quedan 300 personas en espera de los recursos que les permitan tomar un bus hacia Trinidad o Santa Cruz.

 
Revistas
Publicidad
Portada de HOY

JPG (653 Kb)      |       PDF (155 Kb)



Cotizaciones
1 Dólar:6.96 Bs.
1 Euro:8.37 Bs.
1 UFV:1.76515 Bs.

Publicidad