Las mascotas pierden espacios en las casas y son abandonadas en las calles

El tener una mascota estimula en los niños la afectividad, la sensibilidad, los hace sociables y alimenta su responsabilidad; sin embargo cuando los animalitos se hacen adultos, en su mayoría, son dejados en la orfandad absoluta.


Un can es considerado vagabundo, cuando no cuenta con el Registro de Identificación Animal, vive en área pública como parques o plazas o permanece en ella sin control de sus propietarios.

El valor de una buena relación entre hombres y animales nos es puesto de manifiesto cuando se abandonan a perros o gatos en la vía pública y este hecho, tan común en nuestra sociedad y en todas las épocas, nos debe hacer pensar cuáles son las razones para que eso ocurra.

Este hecho nos permite reflexionar sobre casos donde existe un abandono parcial y un abandono total; en el primer caso los dueños dejan salir a la calle y a voluntad a sus mascotas, y en el segundo los dejan para siempre. Esta realidad nos permite ocuparemos de la orfandad en la que quedan los animales que año que pasa van perdiendo espacios en la casa, debido a que el ser humano habita viviendas cada vez más reducidas y lo que es peor sin patios.

De acuerdo al doctor Rubén H. Carrizo, este tema surge como una de las preocupaciones prioritarias de las organizaciones de defensa de los animales, mismas que iniciaron distintas encuestas sobre el abandono de los animales. Las respuestas más escuchadas fueron: “Me mudo y no tengo lugar”, “no puedo solventar los gastos que exige el animal”, “estoy aburrido de los destrozos que causa” y otras excusas similares, la consideración de las respuestas y su relación con la realidad de cada caso permite comprender que en todos ellos, la decisión pasa por el terreno de la convivencia: es más fácil desprenderse del animal que encarar cualquier decisión que permita conservarlo y esto se nota más en los adultos que en los niños, los que establecen lazos efectivos más intensos con sus mascotas.

En opinión de entrevistado visto desde otro ángulo, también puede considerarse que las mascotas son uno de los productos que la sociedad consume: siendo así, los perros constituirían otro de esos objetos que cuando pasan de moda o aparece uno nuevo que resulta más atractivo, lo tiramos y nos quedamos con el último modelo.

En este contexto, dijo, será necesario pensar en reeducar a la sociedad en su conjunto para la toma de conciencia sobre la responsabilidad de cada uno; lo que dará como resultado el reaprender a comportarse en la sociedad, comprender que con los animales domésticos no se puede proceder como con los animales salvajes que se los suelta en un medio natural, por los riesgos que ello representa, debido a las enfermedades y plagas que difunden los perros sueltos dentro de las ciudades y, por otra parte ,se debe recuperar el sentimiento de piedad hacia los animales.

Por su parte el responsable de Protección Animal y Zoonosis del Gobierno Municipal de La Paz, Héctor Mencías, señaló que 120 mil peros viven en las calles, por descuido o por decisión de sus mismos dueños.

“Los dueños ingresan a sus perros a sus domicilios sólo por las noches, para que cuiden, pero de acuerdo a una encuesta en el 80 por ciento de los casos no sucede esto; aunque la comuna paceña realizó varias campañas sobre este tema con mensajes como: “el perro es para la casa y no para la calle”, nadie hace caso”, dijo.

 
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