La cinemateca le toma el pulso al cine nacional

Este año se presentaron en Bolivia tanto documentales como películas que pese a problemas institucionales suscitados en el Consejo Nacional de Cine (Conacine), cumplieron la labor de mostrar diferentes perspectivas sobre el país. Por esta razón, EL DIARIO se comunicó con Claudio Sánchez quien está encargado de comunicación de la Cinemateca para conocer su perspectiva sobre el cine nacional durante el 2012.

El Diario (ED) ¿Cuántas películas bolivianas y documentales se presentaron este año?

Claudio Sánchez (CS).- Por como se están haciendo las películas en Bolivia, y la falta de conciencia sobre los asuntos legales de estas, no hay un registro en Conacine que nos pueda dar un número exacto de películas bolivianas estrenadas en 2012. Está es una tarea pendiente, muy pocas de las películas hacen su correspondiente registro y Depósito Legal en la Cinemateca, las salas de cine deberían ser más rigurosas en este sentido y exigir que las películas cuenten con certificados de nacionalidad, y depósito legal, además de la correspondiente calificación de públicos que las Alcaldías hacen para determinar la edad recomendada para el público.

ED.- ¿Cuál es la importancia de cada uno de estos trabajos?

CS.- Hay tres películas boliviana importantes estrenadas en 2012, Insurgentes porque es el retorno a la pantalla grande de Jorge Sanjinés (el más importante director del cine boliviano), Las bellas durmientes de Marcos Loayza que es la mejor película boliviana del año y Ciudadela de Diego Mondaca, un documental sobre la cárcel de San Pedro que ha sido exhibido en distintos festivales del mundo y ha logrado muy buena crítica y algunos premios. Además hay que destacar el cortometraje El general del director tarijeño Diego Pino que fue finalista de Your Film Festival y estuvo en competencia en el Festival de Venecia, este ha sido el mejor embajador en el exterior del cine boliviano en 2012.

ED.- ¿Desde su trabajo en la Cinemateca, cuál cree que es la situación actual del cine en Bolivia?

CS.- El cine boliviano no está sólo en las salas de cine, la producción está diversificada, las películas del cine indígena y de los pueblos originarios comandado por el trabajo de Cefrec, es un gran ejemplo de esto, además en el país se está haciendo mucho cine under, la ciudad de El Alto y en el altiplano en general se está filmando mucho, pero son películas para ciertos circuitos de distribución alternativa, Pandillas de El Alto por ejemplo, es la película más vista de los últimos años y no estuvo nunca en sala.

ED.- ¿Se han dado nuevas contribuciones desde el Conacine?

CS.- Conacine está en un muy mal momento, es una institución en crisis. Estoy seguro que esta ha sido su peor gestión en toda la historia.

ED.- ¿Cómo se podría ayudar al “cine boliviano”?

CS.- No se trata de ayudas, se trata de trabajo y fomento. No hay que subestimar los trabajos no son ayudas lo que se necesita, son impulsos y políticas de desarrollo, una estructura laboral que permita vivir del cine.

ED.- ¿Cuáles son las películas que mayor respuesta del público despertaron? ¿Por qué cree que se dio esta situación?

CS.- Insurgentes de Sanjinés porque es Sanjinés, y la gente sigue esperando ver La Nación clandestina y eso ya pasó.

ED.- ¿Qué crees que es lo que más le interesa al público nacional?

CS.- El público quiere verse en la pantalla, quiere encontrar su realidad, pero también quiere gambetear lo cotidiano y pasar un momento diferente, este es otro tiempo en el cine boliviano. El país es otro, el Estado Plurinacional ha generado nuevos públicos, mayor apertura a otros lenguajes, la Bolivia de hoy también exige otro cine.

ED.- Finalmente, cuál es el trabajo que queda por hacer?

CS.- Se debe reflexionar sobre nuestras instituciones y su rol en la cadena productiva del cine en Bolivia. Además destacar la labor de la crítica de cine, se puede decir que ya hay una estructura de críticos en el país, y esto ha sucedido después de muchos años, y es la primera vez que se alcanza cierta continuidad de este oficio en el periodo democrático.