Retrógrada mentalidad chilena

La retrógrada mentalidad heredada de Abraham Konig, respecto al tema marítimo boliviano, recientemente elevado a conocimiento del tribunal de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se la advierte aún, con cierta variación en la forma, no así en el fondo, por la actitud que asumieron algunos intelectuales, líderes y gobernantes chilenos, que se precian de socialistas e izquierdistas.

“Es un error muy esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle, al opinar que Bolivia tiene derecho de exigir un puerto en compensación de su Litoral. No hay tal cosa. Chile ha ocupado el litoral y se ha apoderado de él”, señala Abraham Konig, Ministro Plenipotenciario de Chile, en una prepotente y temeraria nota dirigida, en fecha 13 de agosto de 1900, al canciller boliviano Eliodoro Villazón, en el gobierno que conducía José Manuel Pando.

Este funesto personaje, por lo visto, no tuvo escrúpulo para ratificar la reprochable incursión anglo-chilena de 1879, cuya secuela es el centenario encierro geográfico boliviano. Y con desfachatez ha descalificado la demanda marítima boliviana al manifestar que Bolivia no tiene derecho a exigir la restitución de su soberanía sobre el océano Pacífico.

Heraldo Muñoz, actual Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, siguiendo la línea de su predecesor Abraham Konig, afirmó: “Está cerrada para siempre (una salida al mar para Bolivia). Ese ha sido el planteamiento de Chile” (EL DIARIO, abril 26, 2014).

“Hay que acabar con el mito de que Bolivia no tiene salida al mar. Chile otorga salida al mar a Bolivia a perpetuidad, aunque no sea una salida soberana”, agregó el dignatario de Estado (EL DIARIO, mayo 27, 2014).

“Chile otorga salida al mar a Bolivia a perpetuidad”, subrayó el canciller Muñoz. He ahí la ocurrencia chilena. Obviamente que nos permite transitar al Pacífico, por territorio que fue nuestro hasta 1879, año de la funesta invasión enclaustradora, empero con serias restricciones que limitan la actividad exportadora e importadora del país y vulneran el Tratado de 1904.

La mentalidad Konigniana, por lo visto, siempre ha tratado de restar legitimidad a la reivindicación marítima boliviana, con argumentos que no vienen al caso o tratando de ignorar la verdad histórica. Una prueba de ello es la palabra, por demás falaz, vertida, por el canciller Muñoz, en estos últimos días.

Los nuevos Konigs, como el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, se han propuesto tergiversar y minimizar la demanda marítima boliviana, que se encuentra en manos de quienes administran la justicia internacional, desde La Haya. En este contexto, los bolivianos hemos volcado toda nuestra esperanza en ellos y ojalá sus fallos, en el venidero, sean favorables para la reivindicación marítima boliviana.

En suma: los bolivianos, urbanos y rurales, orientales y occidentales, debiéramos unirnos más, como una respuesta contundente a las pretensiones de los nuevos Konigs, hasta lograr la restitución de nuestra soberanía sobre el Pacífico.