Infidelidad y violencia intrafamiliar causa de divorcios en parejas jóvenes

Las parejas de profesionales cuya edad promedio es de 35 años fueron identificadas con indicadores de violencia intrafamiliar e infidelidad y que son en su mayoría causales para el divorcio, esa es una valoración realizada por un equipo Biopsicosocial del Servicio Departamental de Salud (Sedeges), liderado por Dina Salazar.

Según la profesional el rompimiento de las parejas incide en el bienestar de los hijos pues el conflicto del proceso se basa, principalmente, en la repartición de bienes y el pago de las pensiones familiares.

Según las estadísticas, el 2013 al Sedeges se remitieron 91 solicitudes de estudios biopsicosociales, remitidos desde los Juzgados de Familia para que las parejas, en conflicto, sean valorados para de esa forma establecer los motivos que provocaron la división.

En esta instancia no se define el aspecto legal de la separación, solo se realiza la evaluación que será tomado en cuenta por el Juez de la causa.

EDUCADOS, VIOLENTOS E INFIELES

El estudio reveló que la mayor parte de los casos de divorcio son provocados por la violencia, el adulterio. “Son factores de diferente índole, pero los dos aspectos que más se reiteran son los referidos a la violencia intrafamiliar y la infidelidad”, afirma la especialista.

“Donde más hemos empezado a percibir las solicitudes de divorcio son en las parejas de profesionales y no así en parejas de clase media o baja. Pero el dato que preocupa, según Salazar, es el hecho de que solo hasta el 30 mayo de esta gestión se han recibido 87 solicitudes. Es decir que con esta cifra, la proyección es que se duplicará el número de divorcios.

En base a los datos proporcionados por la profesional, es bastante contradictorio el hecho de que las familias establecidas entre personas que han culminado con una formación universitaria, económicamente solventes, sean las más violentas y no respeten valores familiares, como es la fidelidad.

La mayoría de estos procesos son abiertos por el interés de los bienes materiales y la tenencia de los hijos, que también tiene efectos económicos, pues la parte que pierda la custodia debe pagar la correspondiente asistencia familiar.

Las últimas cifras obtenidas también revelaron que en varios de estos procesos de divorcio son presentados después de poco tiempo de convivencia. Según Salazar uno de los últimos casos la pareja apenas vivió seis meses.

Sin embargo, este es solo un ejemplo, pues la especialista detalla que además se tienen casos de parejas que llevan más de 20 años de estar juntos, por supuesto, con hijos, teniendo como edad promedio las parejas con edades superiores a los 35 años.

REFLEXIÓN

Todas las personas que tengan conflictos de pareja que deseen iniciar un proceso de separación o divorcio, deben pensar en sus hijos, ya que son estos los más afectados.

“Cuando uno adquiere la responsabilidad de una familia, tiene que pensar en que ya no se trata de uno, sino de la familia, ya no son solo dos”. La especialista afirma que si bien el conflicto surge entre los progenitores por una infinidad de temas, el resultado de este conflicto afecta la vida de todos los integrantes pero marca la de los hijos.

Por último, Salazar lanzó una sugerencia al Órgano Judicial para con el trabajo de los oficiales de Registro Civil, en sentido de que las ceremonias deberían estar restringidas para los adolescentes o al menos tener mayor información sobre las razones por las cuales ellos contraen el compromiso de formar una familia.

Sin duda, este trabajo le ahorraría al Estado una gran carga social y económica por todas las consecuencias que se espera prevenir, desde el perjuicio emocional de los hijos de una relación formada al calor de una situación poco meditada.