Cerrando ciclos

Algunas radios fueron (en el pasado) las más escuchadas. Algunos programas de TV fueron (en su momento) los más vistos. Algunos conductores o presentadores fueron (en su tiempo) los más populares.

Pero no se puede vivir de un slogan que diga que tal o cual radio es la número uno, cuando claramente ya no lo es. Tampoco un programa de TV puede pretender seguir siendo estelar si no evoluciona. Y sabemos que todo comunicador termina su ciclo, tarde o temprano. Por lo tanto… reinventarnos constantemente debe ser la premisa para todos.

El peligro de los comunicadores que tienen éxito es que empiezan a “copiarse a sí mismos” y se vuelven repetitivos, predecibles y aburridos.

El peligro de los programas estelares (radiales y televisivos) es que “ingresan en una zona de comodidad”…donde les cuesta hacer cambios, hasta que aparece otro programa que los saca de su órbita y los deja fuera de juego.

Sin embargo, el peor peligro de todo comunicador (y de todo programa) es no saber cerrar ciclos a su debido tiempo. Acaban siendo rehenes de su propio éxito y de la ley del menor esfuerzo. En otras palabras, hacen lo de siempre porque lo de siempre es lo que hacen.

Esta inercia provoca que sean reacios a arriesgarse con nuevas propuestas, con nuevos productos, con nuevas responsabilidades o cargos. Están cómodos con lo que hacen… y la comodidad paraliza.

No debemos confundir estabilidad con estancamiento. El agua estancada se pudre. Hay que atreverse a iniciar nuevos ciclos… porque de eso se trata la vida: de evolución permanente.

(*) Consultor en Comunicación con amplia experiencia en radio y televisión.

Director de Xperticia, empresa de asesoramiento y capacitación en Comunicación.

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