Primera parte

Datos en correo electrónico



En el artículo escrito el año 2008 por los investigadores Albarran, De Pablos y Montero, con el título “Uso del correo electrónico: Un análisis empírico en la UCM”, se menciona que en las últimas décadas, el uso de computadoras personales ha popularizado un número considerable de servicios de información, incluyendo el correo electrónico. El correo electrónico, o en la jerga anglosajona el e-mail, es una forma de intercambio de información en la que se mandan mensajes de una computadora personal o terminal a otra vía módems y sistemas de telecomunicaciones. El uso del correo comenzó con ARPAnet, red precursora de Internet, en el año 1969 en los Estados Unidos, extendiéndose de forma gradual con el uso de los mainframes y las minicomputadoras basadas en redes locales en los años setenta y con un rápido crecimiento gracias al uso de Internet en la década de los años ochenta. El correo electrónico en sus inicios se plantea como un medio de intercambio de información para grupos pequeños y selectos. Actualmente su uso se ha extendido a millones de usuarios por todo el mundo.

El correo electrónico es una aplicación de Internet cuya finalidad consiste en procurar la comunicación entre dos o más personas a través del intercambio de textos escritos digitalizados. En la tesis doctoral escrita el año 2006 titulada “El correo electrónico: El nacimiento de un nuevo género”, por la investigadora Cristina Vela, este medio permite y genera un tipo de interacción verbal mediatizada de carácter diferido. Se trata de un sistema basado en un principio simple: Un usuario de correo electrónico dispone de un espacio, denominado buzón, en una computadora conectada constantemente a la red, al servidor, en el que se almacenan los mensajes enviados por otros usuarios. Este buzón se identifica mediante una secuencia llamada dirección electrónica. Cuando se quiere acceder a la consulta de los mensajes recibidos basta con conectarse con el servidor y abrir, mediante la palabra clave, el buzón. Los mensajes pueden conservarse en el servidor, ocupando un espacio en el mismo, o descargarse y guardarse en la computadora del usuario. El tipo de sistema empleado para el acceso al buzón, a través del servicio de correo en la Web o de un sistema de acceso local, determina una u otra circunstancia.

El correo electrónico se diferencia en un aspecto muy importante del resto de las aplicaciones de Internet como Telnet, FTP o la Web. Todos estos servicios y protocolos presuponen una conexión directa entre remitente y destinatario, es decir, entre la máquina cliente y la máquina servidor, en tiempo real. En el caso del correo electrónico esta relación es diferente. La computadora del destinatario no tiene que estar conectada a la red al mismo tiempo que la del remitente, ya que en el correo electrónico intervienen unas entidades denominadas “enrutadores de correo”, servidores locales de correo electrónico, que reciben y aceptan los mensajes para transmitirlos, posteriormente, a sus destinatarios finales. Para llevar a cabo esta mediación los usuarios deben utilizar programas adecuados de gestión de correo que dominen el “protocolo simple de transferencia de correo”. Este protocolo no sólo le es útil al remitente de un mensaje para asegurar su recepción, sino que es empleado por los enrutadores de correo para hacer que los mensajes circulen entre ellos.

Vela, en la tesis doctoral citada, señala que el mensaje viaja de un enrutador de correo al siguiente hasta que llega a aquél que tiene competencias para el destinatario del mensaje. El hecho de tener competencias significa que el destinatario ha contratado un buzón en el servidor de correo electrónico. El software del servidor de correo guarda los mensajes separándolos en directorios por usuarios. Una vez en el buzón, cada usuario se encarga de recoger por sí mismo su correo mediante el software adecuado. Además de la ventaja que supone recuperar el correo cuando se quiera, con este método un usuario puede consultar su correo desde cualquier computadora, independientemente de dónde se encuentre, siempre que disponga de acceso a Internet. Estos beneficios se ofrecen en las cuentas de correo a través del “protocolo de oficina de correo”, al que se suele acceder a través del correo en la Web, aunque también es posible consultarlo mediante sistemas de gestión independientes de la Web.

Albarran y sus colegas, en el artículo citado anteriormente, mencionan que el correo electrónico es el servicio más utilizado de los que existen hoy en Internet. Desde el año 1970 se ha empleado como herramienta de comunicación para relaciones académicas y personales. Por el año 1990, la popularidad y ubicuidad del correo sobre el resto de los medios de comunicación tradicionales ha permitido que se reconozca como medio estándar de comunicación. Algunos hitos interesantes en la historia del correo electrónico son los siguientes: (1) Octubre 1969, Leonard Kleinrock, un profesor de informática de la universidad de UCLA manda el primer mensaje de correo electrónico a un compañero de la universidad de Stanford. (2) Marzo 1972, Ray Tomlinson, autor del primer software para correo electrónico, elige el símbolo @ para las direcciones de correo electrónico. (3) Febrero 1976, la reina Isabel II es la primera jefa de estado en mandar un mensaje de correo electrónico. (4) Otoño 1976, Jimmy Carter y Walter Mondale utilizan correo electrónico todos los días durante su campaña para coordinar itinerarios. Un mensaje simple cuesta cuatro dólares. (5) Septiembre 1983, el college de Colby en Waterville, Maine es una de las primeras instituciones de educación superior en asignar cuentas de correo a todos sus estudiantes. (6) Enero 1994, el New Yorker publica una entrevista sobre correo electrónico con Bill Gates, quien escribe: “nuestro correo es totalmente seguro”.

 
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