Naira

a jovencita de ojos negros, le miró, él era un galán de pelo cano, y correspondió a su mirada, me gustas mucho dijo, eres tan joven de piel tan suave, traes a mi memoria alguien que yo conozco, ella movió suavemente las manitas.

Tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos ¿verdad?. Hace mucho que espero con ansias nuestro encuentro, no se cómo pero te amo, con ese amor único y puro, la verdad es que la misma sensación sentí cuando vi por primera vez a tu madre.

Ella no tenía palabras.

El, entendió que fue un flechazo instantáneo.

¡Te amo, te amo princesa!, gritó, mientras le mandaba besos con mucha ternura, dime algo no me tengas en ascuas, no ves que me muero por la incertidumbre.

Desde el cristal que los separaba, la jovencita de ojos negros que estaba en la cuna, le contestó: AGU, GU, GU, GU.

Y aquel abuelito, con esa especial respuesta como nunca prendado de amor quedó.

MIRIAM HERNÁNDEZ DE SALAS

Desde Torrente, España.