Día de Ashura llena a Irán de dolor y luto

Teherán.- Irán celebró ayer la festividad de Ashura, la más sagrada del calendario religioso de la República Islámica y la más significativa para los musulmanes chiíes, que recuerdan con riguroso luto y mucho dolor la muerte del imán Huseín, una práctica considerada herética por la rama más ortodoxa rama suní del islam.

Millones de personas salieron a las calles de los pueblos y ciudades de Irán para participar en los rituales de una jornada llena de simbolismos para los chiíes, cuya fervorosa creencia en las injusticias y el daño infligido sobre Huseín, nieto del profeta Mahoma y según ellos legítimo líder de la comunidad islámica, aún marca el día a día político y social del país.

PENITENTES

Cofradías de hombres y muchachos, todos de negro, marcharon a lo largo y ancho de todo el país golpeándose el pecho y la cabeza y entonando cánticos en memoria de su ídolo, mientras otros se flagelaban la espalda, de forma más simbólica que real, con pequeños látigos metálicos que movían al ritmo fúnebre de los tambores.

Otros recorrían las calles descalzos mientras sus compañeros portaban estandartes de luto y los pesados “Alam”, unas amplias banderolas con luces, estatuillas y símbolos metálicos que representan la batalla de Kerbala (Irak) en la que Huseín fue derrotado y posteriormente asesinado en el año 680 por orden del califa Yazid I.

La mayor parte de estos penitentes participan en la marcha por algún tipo de promesa hecha al imán, que según la creencia intercede por ellos ante Alá.

Mientras los hombres caminaban, muchas mujeres se esforzaban en preparar en enormes ollas comida y bebida para todo aquel que quisiera probarla y en observar, algunas con llanto en los ojos, el paso de los penitentes.

Todo en esta celebración religiosa está marcado por los símbolos del martirio de Huseín, su familia y sus seguidores, considerados por los chiíes como la encarnación de la valentía, la lealtad, la lucha contra la tiranía y el sacrificio por las creencias.