Canchas de fútbol en lugar de agua potable

Los programas gubernamentales de toda gestión señalan que la atención de infraestructura de agua, alcantarillado, energía y otros debe tener prioridad no solamente en el trabajo de las autoridades del gobierno sino de las alcaldías y las gobernaciones; pero, contrariamente a toda lógica que prevé la atención prioritaria de instalar agua potable y alcantarillado, se ha preferido, durante los últimos diez años, construir obras de infraestructura como campos deportivos o sedes sociales para los sindicatos.

En los distritos mineros como Colquiri, por ejemplo, existen dos canchas de fútbol, una sede sindical, coliseo que, si bien son necesarios, no pueden tener prioridad sobre obras de bien público que requiere la población que, en este tiempo, cuenta con la provisión de solamente “40 litros de agua por familia cada 48 horas”, agua que es provista de una pileta pública; en consecuencia, la población sufre gravemente e incide mayormente en sus problemas.

Construir canchas de fútbol, coliseos o sedes sindicales es bueno; pero todo tiene que estar supeditado a una planificación, donde tengan prioridad los servicios básicos, como son el agua potable y el servicio de alcantarillado. Nadie podría objetar el derecho que tienen los trabajadores de cualquier pueblo o ciudad a contar con sitios de esparcimiento, pero, en todo caso, lo más urgente debe ser construido y entregado al servicio público como trabajo urgente y prioritario de toda autoridad, mucho más si se cuenta con los soportes financieros necesarios. Los dineros son gastados en obras sociales de uso esporádico, que no son tan necesarias como el agua potable, cuya captación o instalación domiciliaria resultaría una excelente inversión y no un gasto.

Por el mismo hecho de que Colquiri es una de las pocas minas rentables de la Corporación Minera de Bolivia, debe solucionarse el caso del agua. Este yacimiento fue estatizado por el gobierno en junio de 2012, luego de que fue administrada por la empresa Inti Raymi. Cuenta la mina con un total de 1.249 trabajadores, incluyendo 800 ex–cooperativistas. Pese a la planta excesiva de personal, Colquiri ha rendido utilidades importantes, que resulta lo contrario de Uyuni, que arroja grandes pérdidas. Colquiri se ha convertido en ejemplo de producción y rentabilidad.

La falta de agua y servicios básicos en muchos sitios del país es prácticamente uno de los grandes desafíos que deberían encarar las autoridades y para ello planificar el uso de los dineros que se recibe por las exportaciones de gas, minerales y materias primas. Dar carácter de urgencia y prioridad a lo más importante es señal de buen gobierno, excelente planificación y uso correcto del dinero; lo contrario, por más que se cumpla con una necesidad relativa de la población, como son las canchas de fútbol, puede considerarse como distraer dinero en lo menos urgente y necesario.