El Descubrimiento de América

Fieles a nuestra raza y cultura, mi discípula periodística y su compadre que soy yo, ayer acudimos a la plaza Isabel la Católica a depositar una ofrenda floral ante su monumento, en recuerdo de la hazaña que ejecutó Cristóbal Colón y que ella alentó, financió y organizó y que ayer conmemoramos los que tuvimos la suerte de conocer la historia universal.

Como mi reportera cumple sus funciones periodísticas en el Palacio Real de la plaza Murillo le pregunté si alguna repartición oficial, llámese esta Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio de Educación, o Ministerio de Cultura había recordado aquel acontecimiento de la humanidad, cual es la del descubrimiento de un Nuevo Mundo, respondiéndome Macacha que aquel suceso universal no figura en el Calendario de la Historia Boliviana, aunque se recuerda en Palacio Quemado la muerte del guerrillero Ernesto Che Guevara.

Sin hacer alarde de una gran cultura que Macacha no la tiene, la ciudadana de Quillacollo reconoció que el Descubrimiento de América y la conquista de estas tierras nos introdujo al mundo conocido de entonces, dando por fruto la cultura mestiza que hoy modestamente nos enorgullece cuando nombramos a Vicente Pazos Kanki, a Franz Tamayo, al Mariscal Andrés de Santa Cruz y otros egregios personajes bolivianos, productos del mestizaje cultural.

Por esas y otras razones más protestamos Macacha y yo ante este olvido calculado del 12 de Octubre, Día del Descubrimiento de América.

La perspicacia de la bambina cochabambina fue más lejos cuando me dio a entender que en el alma y en el cerebro de algunos ciudadanos que hacen y deshacen nuestra nación hoy nos convierten en herederos o deudores de la exótica y legendaria China, Gran Imperio del Oriente, la nación más poblada del mundo, y la primera potencia económica del planeta bajo un régimen comunista que lideró Mao Tse Tung.

Hoy formamos parte de ese exótico imperio en calidad de ciudadanos deudores, pues Macacha y sus hijos, yo y los míos y también mis nietos deberemos pagar mucho dinero y durante muchos años a este nuevo imperio, cuyos rayos del sol naciente obnubilaron a nuestros dirigentes nacionales para hacernos olvidar que muchos de nosotros nacimos bajo la fe cristiana traída de España y hoy pertenecemos a los entenados del sol naciente… que es la China.