Altiplano continúa con déficit de lluvias


Los registros meteorológicos cuantificados en las estaciones de El Alto, Tiwanaku y Ayo Ayo reflejan un déficit significativo de precipitaciones pluviales debajo de su valor normal en la región del altiplano occidental y en relación a los datos de 30 años entre 1971 a 2000, según un informe del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI).

Los registros de las tres estaciones de la región altiplánica revelan que aún no se ha superado los valores promedios de lluvias, por lo que es necesario esperar las dos siguientes semanas de febrero de este año para tener un balance completo de la recuperación o no del promedio de precipitación pluvial esperado.

En relación con la ciudad de La Paz, se menciona en el informe que el hecho de no tener mucha nubosidad genera también que haya una mayor incidencia de la radiación solar provocando un aumento de las temperaturas, pero en las horas de la tarde y la noche se tiene una sensación de frío con un mayor descenso de la temperatura.

Por su parte, el director de Meteorología del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI), Gualberto Carrasco explica que los dos últimos años fueron atípicos por lo que es necesario realizar estudios más detallados.

“La situación de déficit de las precipitaciones pluviales ha sido más recurrente en los últimos años generando una escasa nubosidad”, agrega el experto. Este hecho produjo que las temperaturas máximas como mínimas sufrieran también algunas alteraciones.

En noviembre de 2016 se registró que la radiación solar y la evaporación de la masa acuática que ocasiona las salidas de agua del Titicaca casi en un 90 por ciento, disminuyeron el recurso hídrico del lago menor o Wiñaymarca (Pueblo Eterno), donde los pobladores del sector denunciaron que el ganado se encontraba en riesgo por la falta de alimento y agua para su supervivencia.

Mientras que el 90 por ciento de las aguas del Titicaca se evaporan, las precipitaciones pluviales aportan sólo con el 50 por ciento sobre el espejo de agua, algunos estudios hacen referencia a que se registra un promedio de 800 mm de precipitación anual, sin embargo se pueden registrar lluvias localizadas al interior del propio lago.

Los reportes de los comunarios del sector lacustre, evidencian también que las precipitaciones pluviales entre noviembre de 2016 a enero de 2017 no fueron muy significativas, por lo que existe todavía el riesgo de la pérdida de sus cultivos agrícolas.

Carrasco considera que es necesario esperar las siguientes dos semanas de febrero para completar las comparaciones de los registros de las precipitaciones pluviales en relación a los últimos años. Explica que el periodo agrícola anual comienza en julio y termina en junio del siguiente año, y que el mes de febrero forma parte de la época húmeda, mientras que marzo ya se constituye en un mes de transición entre el periodo lluvioso y el seco.

En relación a que si la carencia de precipitaciones pluviales y el distanciamiento de registros de temperaturas mínimas extremas en el país, responden al cambio climático, el meteorólogo del SENAMHI, enfatiza que es indudable el registro de un calentamiento global, prueba de ello es el retroceso de los glaciares y que existe en algunas estaciones meteorológicas una tendencia bastante significativa.

“Sin embargo, necesitaríamos una mayor información histórica como para definir la magnitud del cambio climático, pero estamos en una variabilidad climática con una tendencia de este comportamiento –de calentamiento global–, pero todavía no sabemos las magnitudes que registremos hasta fines del siglo, ni los escenarios climáticos que tengamos”, asevera Carrasco del SENAMHI.

 
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