Defensa del Consumidor rumbo a sus 20 años

En noviembre del año 2000, irrumpió en el espacio televisivo nacional un programa de características singulares. En realidad se trataba de un micro programa en formato de reportaje de investigación periodística, emitiéndose de lunes a viernes en tres horarios repartidos en el día, lo que facilitaba que el televidente pueda verlo.

Básicamente el programa estaba concebido para defender al ciudadano ante el peligro que implicaba el consumo de alimentos infectados y contaminados que son expendidos en súper mercados y mercados, no obstante su fecha de vencimiento, y ante el abuso que sufren los usuarios de todo tipo de servicio.

“Cuando el micro programa empezaba, el periodismo televisivo, radial o impreso no daba cobertura cabal a esta realidad que sufría a diario el pobre consumidor de bienes y servicios. Defensa del Consumidor como programa especializado aceptó el reto de cubrir este desafío”, rememoró su conductor y responsable, el periodista Juan Carlos Ramírez (JCR).

LG: Recordemos un poco, ¿cómo surgió Defensa del Consumidor?

JCR: En ese tiempo, el consumidor de bienes y servicios estaba casi totalmente huérfano de apoyo frente al maltrato referente a la problemática. Además que el ciudadano boliviano, por su idiosincrasia, no acostumbraba a reclamar frente a un derecho afectado. Tampoco se daba a la tarea ni siquiera de preocuparse para ver si esos derechos eran vulnerados. Por ejemplo, la gente consumía tranquilamente envasados de toda índole, vencidos o pasados, no le importaba lo que llevaba a la boca ni a la de sus hijos.

Por esto junto al periodista Ernesto Fernández Inza se decidió crear este espacio, que vale la pena recordar nació entre problemas, con la censura y presión de responsables de medios de comunicación y empresarios venales, pero que continuó a través del tiempo.

LG: ¿Qué compromiso asumió el programa frente a los televidentes?

JCR: Defensa del Consumidor partía del compromiso y la participación de la misma sociedad que protagonizaba los acontecimientos originados en su propio contexto. El programa lo que hacía era proporcionar datos y vivencias concretas, sacando a luz los abusos, maltratos, estafas que sufría el consumidor de productos y el usuario de servicios, mostrando una total identificación con el sufrimiento del damnificado, interpelando directamente al infractor y a las autoridades respectivas, hasta llegar a una solución parcial o total del problema.

Además el lenguaje televisivo era sencillo, directo y hasta didáctico. Se buscaba la controversia, la contraposición de puntos de vista y los datos adecuadamente documentados y se llegaba a una conclusión final respecto a lo investigado, que no obstante el juicio y la crítica estaban reservados siempre al público televidente.

LG: ¿Qué dificultades enfrentó el programa?

JCR: Las dificultades se presentaron desde el inicio, no de la gente común y corriente, sino de los responsables de los medios de comunicación y de las empresas grandes. La censura por intereses coaligados con el de las empresas infractoras nos valió la salida abrupta de la emisión del programa. Mencionaré algunas: Banco Boliviano Americano, Aerosur, empresas ahora desaparecidas por su actuar doloso. Otro caso frecuente fue la venta de artefactos en mal funcionamiento por importantes importadoras de electrodomésticos. También vale la pena recordar a restaurantes y hoteles lujosos que por fuera eran un ejemplo, pero sus cocinas y depósitos eran una lágrima. El refrán “no todo lo que brilla es oro” se aplicaba, mientras que hay que resaltarlo, los pequeños comerciantes aceptaban su error y trataban de subsanarlo.

LG: ¿Alguna anécdota?

JCR: Muchas, tendría que escribir un libro (risas), pero algo que recuerdo siempre es el caso de una comerciante de pollo que vendía sus productos en mal estado. Hicimos que la Intendencia cumpla su labor y decomise los productos en descomposición ante la desesperación y rabia de la vendedora. Pasadas dos semanas, esta señora se apareció en nuestras oficinas. Me quedé aterrado, pues recordemos que era carnicera (risas). Para mi tranquilidad, la comerciante no venía a hacer problemas sino al contrario, estaba ahí para pedirnos ayuda ante cobros excesivos por parte de Aguas del Illimani, empresa extranjera que felizmente después fue expulsada del país. En otra ocasión, mientras consumía en un céntrico restaurante, alguien hizo llegar a mi mesa cuatro cervezas. Era el dueño, que me explicó que gracias al programa había puesto en orden los papeles de su establecimiento. Yo había olvidado que años atrás, habíamos realizado una inspección conjuntamente la Alcaldía, donde incluso se llegó a la clausura del lugar. También es bueno mencionar que sufrimos amenazas de muerte de comerciantes de alcohol adulterado que vendían a menores de edad a vista y paciencia de las autoridades.

LG: ¿Qué te dejó esta experiencia comunicacional?

JCR: La satisfacción de haber ayudado a mucha gente, especialmente humilde, una mayor concientización en comerciantes e incluso en consumidores y usuarios, haber puesto un granito de arena en la mayor atención por parte del Estado a esta problemática, la creación de un Viceministerio de la materia y la promulgación de la Ley de los Derechos del Usuario y del Consumidor gracias a nuestra propuesta elevada a la Asamblea Constituyente. Pero algo importante que nos dejó fue una credibilidad a toda prueba.

LG: ¿Qué se viene ahora?

JCR: En lo personal, continuar con nuestra labor comunicacional y periodística, especialmente a favor de los más necesitados, lo que se dice un periodismo social de servicio, no solo en la sede de gobierno, sino en mi región, Oruro, y otros lugares del país. Respecto al programa Defensa del Consumidor, (espero) realizar un re-lanzamiento con mayor producción en poco tiempo.

EL PERIODISTA

Juan Carlos R. Ramírez Ríos es comunicador. Condujo el programa Defensa del Consumidor que se emitió por canal 7 TVB y canal 4 RTP en un primer periodo desde los albores hasta mediados de la primera década de este siglo; en un segundo ciclo, desde el año 2009 hasta la gestión 2015 también en el canal estatal, y teniendo en el último tiempo la experiencia de realizar el programa en el medio radial, en Compañera 106.3 FM. También publicó en diferentes medios impresos. Ramírez Ríos es orureño y apasionado por su tierra, el Carnaval de Oruro, la comida de cordero y se declara fanático del club San José.