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[Ramiro H. Loza]

Alrededor del copamiento de Copa


En el posmodernismo los medios de comunicación influyen determinantemente en todo el quehacer e inevitablemente en lo bueno y lo malo. Acometer este síndrome transversal abarcaría mucho espacio. En la política no es menor su influjo publicitario. Gracias a la generosidad de los micrófonos hemos visto y veremos aparecer líderes y condotieros, de izquierda y derecha, mediocres y otros aun de menor calificación. La prodigalidad de algunos comunicadores, reporteros y entrevistadores cubre enormes espacios informativos de canales televisivos, radios y periódicos, mientras las redes sociales tienen su parte en el desbarajuste y confusión creados, pero esto “es harina de otro costal”. Esa fácil labor publicitaria nos ha obsequiado especímenes políticos de efectos poco o nada aceptables, por lo general. Evo Morales es un buen exponente. Lo fue para satisfacción de ciertas facciones sociales de gran peso por su número, mientras que de efectos negativos para el conjunto social.

Resta evaluar si esa masa ciegamente seguidora del ex presidente por catorce años, ha vencido su estado de subsistencia y si ese gobierno procuró el bien común. Por paradoja, lo más sobresaliente de tan largo período es la promoción de una oligarquía que, como tal, se limita a pocos, cubriendo entre estos oligarcas cortesanos distintos dirigentes de tinte social. Otros sectores, reducidos también, salieron bien librados y favorecidos durante casi tres lustros frente a lo que suponían embates devastadores en su contra. Esa alianza no había sido gratuita en momento alguno.

Parecido liderazgo se nos ofrece patético con la señora Eva Copa. Su endiosamente se aproxima con caracteres acelerados. Como siempre, los medios son sus más eficaces aliados. Tal hecho se percibe claro cuando se la proclama triunfante absoluta de la elección edil de El Alto. Todos los canales de televisión al unísono la entrevistaron y fue la única imagen que se ofreció de día y de noche a los televidentes. Este monopolio de imagen sobrepasó con mucho el hecho y novedad de que una disidente de Evo Morales le diera cuenta con lo obrado y signifique la división de ese partido, y su derrota en El Alto, su principal plaza.

Pero llevados por la honda mencionada se nos revela la orfandad del periodismo audiovisual –aspecto nada nuevo— en la búsqueda de fuentes productivas de interés público y que denoten curiosidad, fruto del esfuerzo que pueda significar esa búsqueda informativa que, en otras palabras, toca el lindero del periodismo de investigación, si bien no al extremo de exigir suma rigurosidad académica. Está a la vista que en nuestro medio buena parte de la labor audiovisual se reduce a presentar intervenciones de los políticos y a narrativas rojas (a modo de lo que se llama “paginas rojas”). No hay al respecto mucho más. Otro filón que descuidan las multimedia es la tarea pedagógica e ilustrativa que les corresponde.

Bueno, volviendo a Copa, lo bíblico aconseja: “por sus frutos los conoceréis”. En su paso por la presidencia del Senado se mostró de cuerpo entero y aprovechando los dos tercios del MAS dio vía libre a leyes populistas, químicamente puras, además de otras de impunidad retroactiva a favor de revoltosos y terroristas. Por otra parte, leyes curiosas cual la entrega de salvoconductos por el Legislativo y una larga serie de disposiciones constitucionalmente desconectadas. Otra serie de normativa populista como la rebaja de alquileres, la similar de pensiones educacionales, etc. Todo este bello ramillete de legislación lúgubre, adornado de coquetos rosones demagógicos, estuvo orientado a servir de plataforma electoral de Luís Arce. Obviamente, hacían entender que, si los dos tercios eran tan dadivosos, cuánto más lo sería aquél en el poder. Esa la contribución efectiva de Copa al triunfo de Arce. Seguramente, ella lamentó entre dientes no haber sido recompensada –mezquindad de por medio– con la candidatura oficial de su ex partido a la alcaldía de El Alto, como esperaba.

La primera senadora 2019–2020 antepuso su condición de militante de partido. No atinó a situarse por encima del fanatismo dogmático ni ponderar su alto sitial para legislar con equidad y mesura. La situación crucial le imponía superar antagonismos con el Ejecutivo –esté quien esté— utilizando su poder con responsable carácter constructivo, precisamente por encontrarnos en emergencia no sólo política, sino también sanitaria, en plena pandemia. Ello no la privaba de censurar lo malo proveniente del Órgano Ejecutivo, si tal hubiese sido el caso. Lo anterior es bastante para aquilatar el talante político de la lideresa emergente. No dudamos que una mayor madurez y el importante desempeño que la aguarda la doten de un deseable nivel de equilibrio político.

loza_ramiro@hotmail.com

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

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