Vergüenza nacional

Contratar a extranjeros para hacer la política de reivindicación marítima evidencia que el Gobierno navega debajo del agua en la solución del magno problema de la Patria. Este fenómeno de discapacidad intelectual hiere la dignidad de los bolivianos, niega la existencia de profesionales nacidos en nuestro pedazo de suelo y de humanidad que, sin pedir “pega” ni paga, estamos dispuestos a sacar a Bolivia del patio trasero de Chile.

En los países civilizados y democráticos provistos de conducción política idónea, el Jefe de Estado traza las líneas maestras de la política exterior y el Canciller de la República despliega la estrategia diplomática y llega a un puerto seguro. Se puede pedir asistencia técnica para hacer un país industrial competitivo en la era de la globalización y el neoliberalismo, para erradicar eficazmente los cultivos de coca que fomentan el narcotráfico. Pero pedir ayuda a abogados extranjeros para enfrentar a Chile en la cuestión marítima es una vergüenza nacional.

Según el Derecho Internacional existen conflictos jurídicos en los cuales se confronta tesis y posiciones sobre la interpretación o aplicación de un tratado internacional y conflictos políticos en los cuales una de las partes persigue la modificación de una situación existente que afecta sus intereses vitales. Nosotros queremos salir del enclaustramiento marítimo que se nos impuso con la invasión armada más perversa y dañina que registra la historia universal, y por ello el conflicto marítimo con Chile es político.

La Corte Internacional de Justicia de La Haya no extingue el Tratado de 1904 por la aplicación de la cláusula rebus sic estantibus, el conflicto marítimo con Chile debe ser planteado en la OEA y en la ONU. La Asamblea General de la OEA que se reunió en Bolivia el año 1979 aprobó una resolución histórica que obliga a Chile a devolver a Bolivia una salida soberana y útil al océano Pacífico, sin compensación territorial. El Gobierno tiene la obligación de exigir el cumplimiento de esta resolución que tiene valor jurídico.

La OEA fue creada para dar solución pacífica a los conflictos entre estados miembros y esto no significa intervención en los asuntos internos de Chile. Todos los conflictos internacionales territoriales se los ha resuelto en los foros internacionales. Con la intervención de la ONU se creó el estado de Israel, se devolvió Hong Kong a la República Popular de China, con la intervención de la OEA la República de Panamá recuperó su canal.

La diplomacia en los foros internacionales se la hace provocando el debate, necesitamos presión de la comunidad internacional para que Chile acate la resolución que lo obliga a devolvernos mar con soberanía. Cabe manifestar que una convención de la ONU firmada en 1966 concede mar con “cuasi soberanía” o soberanía administrativa a los 15 países del mundo que nacieron sin mar, a fin de que operen flotas navieras mercantes propias.

Bolivia fue creada con 200 mil kilómetros cuadrados de territorio marítimo y exige la restitución de sus derechos históricos de Estado condómino y ribereño del océano Pacífico. Según un informe de la ONU, nuestro país por falta de mar integra el grupo de los 18 países más pobres del mundo, por falta de mar no recibimos las grandes corrientes migratorias que con capital y tecnología construyeron estados modernos en América Latina y somos hoy un país precolombino compuesto por 37 naciones, sin destino nacional.

La misión de la Nación es volver al mar que fue nuestro, con soberanía plena. Esta misión debe ser ejecutada por bolivianos, no por extranjeros.