[Santiago Berrios]

Lo que no debemos callar

La ética de Adriana Gil


Bolivia como Estado Plurinacional, cuya determinación constitucional se ha quedado en una simple declaración normativa, lamentablemente no cuenta con una Asamblea Legislativa donde estén representantes de todas las naciones que forman parte del Estado, y así lo reconocieron, por ejemplo el Consejo de Amautas y autoridades originarias de Pacajes, en el foro académico realizado el pasado miércoles en instalaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad Mayor de San Andrés.

Esta introducción es a propósito de algunos problemas que se los viene observando en aquella Asamblea Legislativa denominada “plurinacional”, particularmente con asambleístas que no comulgan con el gobierno del MAS, a los que se pretende suspender o inhabilitar, utilizando para ello argumentos fuera de lugar, como en el caso de la asambleísta Adriana Gil, que en el pasado fue una de las furibundas defensoras de Evo Morales Aima en el oriente boliviano, culminando con haber logrado un espacio político en aquella región, que a la postre favoreció al actual Presidente del Estado.

Sucede que, como consecuencia de lo que se viene observando en el TIPNIS, la diputada Adriana Gil criticó acremente la estrategia del Gobierno al dividir a los indígenas de aquella región -cual Maquiavelo-, llegando a la conclusión de que hay “deslealtad” del presidente Evo con los hermanos indígena originarios de aquella región, seguramente porque en el pasado la relación era de amistad y compañerismo con ellos, teniendo como corolario el apoyo para la candidatura presidencial no sólo del año 2005, sino también de 2009.

Los asambleístas del MAS consideraron que aquella declaración pública significaba una suerte de “discriminación”, y escogieron el camino de pedir la suspensión de la diputada Adriana Gil, para lo que hicieron intervenir a su Comisión de Ética, la que -como no podía ser de otra manera- viabilizó el pedido de suspensión, pese a que el concepto de “lealtad o deslealtad” de ninguna manera significa discriminación, menos racismo, sino que significa el observar una conducta amoral con quienes en su momento le brindaron su apoyo a rajatabla, lo que quiere decir que en el pasado hubo lealtad al candidato y posteriormente lealtad al Presidente, pero la respuesta es la que se observó como falta de “lealtad” por parte del presidente Morales, y en aquella actitud de la diputada Adriana Gil no encontramos sino una verdad.

La verdad jamás se la puede considerar una falacia, como se pretendió calificar por parte de los asambleístas del MAS, razón por la cual los demás asambleístas, incluidos algunos del MAS, rechazaron la propuesta de la Comisión de Ética e impusieron justicia, en una demostración de apego al Derecho, así como a la moral y la ética.

Ojalá se actuara de la misma manera en la legislatura y en la fiscalización a los otros órganos del Estado, tal como demostraron los asambleístas amigos de la justicia y el Derecho.

La asambleísta Adriana Gil es merecedora de un reconocimiento al valor civil, a la honestidad con la que viene cumpliendo sus labores de legisladora.

(El ejercicio del poder corrompe y su sometimiento degrada).

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