Fútbol, mar, coca y Goni

El presidente Morales, el mes pasado, luego de jugar fútbol con el actor norteamericano Sean Penn, lo nombró “Embajador de buena Fe” de Bolivia ante el mundo, como interlocutor internacional y su cometido será encarar 3 temas claves: reivindicación marítima, despenalización de la coca y el acullico y la extradición de Gonzalo Sánchez de Lozada. Se advierte en el primer mandatario desasosiego por solucionar estos casos ante el mutismo de la Cancillería, la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima y el ministro de Bolivia ante la OEA, que no estarían respondiendo a sus específicas funciones y obligan al Jefe de Estado a recurrir a otras instancias. Se sabe que la política internacional de Bolivia es deficiente, no obstante existir en la Cancillería 177 funcionarios, aunque sólo 24 son de carrera, pero ¿qué hacen? Muchos embajadores, cónsules en el exterior son improvisados, designados a dedo, carentes de conocimientos de relaciones diplomáticas.

El Canciller el 7 de marzo en la OEA, Washington, en vez de abocarse al tema marítimo, al de las aguas del Silala y del río Lauca, habló de la papalisa, dijo que es un vigorizante sexual andino. Los lapsus de la autoridad: los niños de las escuelas deben mascar coca, es alimento, no tomar leche. Dijo que para ser ministro no necesita leer libros y recomienda no leer periódicos. Considera que las aguas del altiplano son medicinales, la papa es sagrada, mientras las relaciones de Bolivia con Brasil están casi dañadas; Morales no fue recibido por Dilma Rouseff en la reunión de Río-20. Al reelecto presidente de EEUU, Barack Obama, no se lo congratuló.

En Copacabana, en el acto inaugural para la construcción del aeropuerto “Tito Yupanqui” el 13 de julio, el jefe del Estado dijo: “Aquí nuestro hermano Canciller podrá explicar con mayor detalle qué significa el solsticio o el cambio de frío a lo ardiente, mejor del frío al verano”. Choquehuanca expresó: “El 21 de diciembre de 2012 es el fin del egoísmo, de la división. El Calendario Maya tiene que ser el fin de la Coca Cola, el comienzo del mokochinchi. Habrá una gran fiesta del solsticio, se hará en la Isla del Sol”.

Los pobladores festejaban la ocurrencia que causó hilaridad y dejó perplejos a los que lo escuchaban. Sin embargo, los mayas se le adelantaron y el solsticio de verano lo harán en Guatemala con altas personalidades mundiales, entre bombos y platillos. El Canciller insiste con su teoría del mokochinchi, sin advertir que una botella de Coca Cola cuesta Bs. 1 y un vaso de mokochinchi Bs. 2. En Londres pidió ayuda internacional para combatir el narcotráfico y defendió el acullico. En Francia trató de concienciar sobre el uso ancestral de la coca. En su gira por Europa, que culmina en Bruselas, hace más proselitismo por la coca y el acullico, pero nada dice de una política antidroga.

Pero la gente piensa que el Canciller debe concentrarse en las funciones inherentes a su despacho, las relaciones de Bolivia con el mundo político, económico y cultural. En siete años no se presenta un serio plan político de Estado para responder a Chile.

En el cumpleaños de Morales, el 26 de octubre, el Canciller le obsequió –de manera inoportuna- un poema del chileno Santo Padre jesuita Alberto Hurtado Curuchaga. Se trata de una oración practicada por el filósofo hindú Mahatma Gandhi, que por su contenido es una profunda reflexión, una llamada de atención severa, que podía haber influido en el ánimo del Presidente. Pero, al parecer, no tomó en cuenta el mensaje de No te olvides de mí:

“Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes, y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das fortuna, no me quites la felicidad. Si me das fuerza, no me quites la razón. Si me das éxito, no quites la humildad. Si me das humildad, no me quites la dignidad.

Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás, por no pensar igual que yo. Enséñame a querer a la gente como a ti mismo, y no a juzgarme como a los demás. No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.

Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo. Enséñame que perdonar es lo más grande del fuerte, y que la venganza es la señal del débil. Si me quitas éxito, déjame fuerza para triunfar del fracaso. Si yo faltara a la gente, dame valor para disculparme, y si la gente faltara conmigo, dame valor para perdonar. Señor, si yo me olvido de Ti, no te olvides de mí”. Amén.