Cachuela Esperanza, la tormenta de 2013 para el Gobierno

Proyecto hidroeléctrico atentaría contra el medioambiente y recursos naturales



Una represa y una hidroeléctrica serán el proyecto que deberá asimilar la población beniana. La foto muestra una panorámica de Cachuela Esperanza.

El Gobierno firmó la anterior semana, un acuerdo con la empresa china Sinohydro Corporation Limited para que se revise el diseño y costo del proyecto hidroeléctrico de Cachuela Esperanza. De acuerdo a documentación de dicho proyecto, éste serviría para exportar energía eléctrica al Brasil, pero ya se advierten riesgos en el medioambiente tal como sucede con la polémica del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).

Los resultados de este estudio, serán presentados en 90 días, es decir en marzo de 2013. La segunda etapa del proyecto consiste en la negociación del financiamiento, construcción y desarrollo de dicho proyecto.

Al igual que el proyecto gubernamental de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, la propuesta de esta nueva planta hidroeléctrica promete desarrollo a la región de Cachuela Esperanza. Esta es una población ubicada en el departamento del Beni en la provincia Vaca Diez, cerca de la frontera con Brasil.

Según el diagnóstico del sector eléctrico de la región, realizado por la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), existen debilidades como la baja cobertura del servicio eléctrico, deficiente calidad del suministro, entre otros.

“El aprovechamiento de Cachuela Esperanza se caracteriza por ser una central hidroeléctrica de baja caída, con una explotación del embalse de tipo al filo de agua. Comprende una casa de máquinas equipada con 18 grupos bulbo y sus áreas de servicio, así como un vertedero con 15 compuertas planas, ambos en la margen izquierda del río y una presa”, cita un informe de ENDE.

El ingeniero, investigador y consultor, Walter Justiniano, explicó en un seminario realizado en Cochabamba la pasada semana, que los principales motivos para construir este proyecto son principalmente la generación de energía eléctrica limpia para Bolivia, producir energía eléctrica y exportarla al Brasil, mejorar las condiciones de vida de los habitantes de Beni y Pando y generar divisas para el país.

El proyecto cuenta con un Estudio de Impacto Ambiental (EEIA), que aún no está concluido. Una vez que se tenga listo el borrador del EEIA y el documento de divulgación, se procederí a realizar la Consulta Pública del Proyecto.

De acuerdo con el informe de ENDE, esta instancia, al margen del proceso de consulta, durante la realización de los estudios, ha realizado en varias oportunidades la socialización del proyecto, el cual aparentemente tuvo aceptación de la población.

El candidato a las elecciones por la gobernación en el Beni, Pedro Nuny, por el Frente Para la Victoria, exdiputado y líder indígena del Tipnis, explicó que aunque este es un proyecto ansiado por las élites benianas, éste advierte serios riesgos ambientales.

“Estoy convencido que todo megaproyecto, al igual que en el caso del Tipnis, puede ser nefasto para las regiones, no sólo para los indígenas, sino para los habitantes”, señaló.

Nuny, que se encuentra en Riberalta, trabajando en su campaña electoral, explicó que no mencionaría ese tema a los pobladores del lugar, porque éste no cuenta con un estudio serio de impacto ambiental.

“Los mayores riesgos ambientales serían las inundaciones, el daño a la tierra, las comunidades lugareñas desaparecerían”, dijo.

 
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