Revelan la existencia de riqueza arqueológica en región yungueña



Mapa de la ubicación de las piezas arqueológicas.
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Durante el trabajo de campo, se recuperó una significativa colección de objetos arqueológicos que se constituyen en patrimonio del país y de las poblaciones que habitan las áreas investigadas, afirma uno de los arqueólogos que se encargó y reveló el hallazgo en el sector de los Yungas.

Entre las piezas recuperadas se encuentran 196 objetos líticos entre, hachas, batanes, cuchillos, esferas parecida a una boleadora, láminas o lascas, alisadores, raederas, manos de moler, núcleos, entre otros.

Sobre material de cerámica, el informe da cuenta que en un conteo total, se logró analizar 1.278 fragmentos cerámicos, de los cuales 1.262 fueron recolectados de excavaciones y 16 fueron encontrados en superficie producto de la apertura de un camino para la recolección de plátanos en la Concesión Illimani (camino entre el Punete Sapecho y Piquendo). A este grupo de hallazgos se suma un cántaro semi entero que pertenece a la comunidad San Silverio que fue limpiado y reconstruido en la ciudad de La Paz.

Sobre los batanes encontrados, los investigadores sostienen que aunque son rústicos en su mayoría, sugieren la molienda de ciertos productos agrícolas como la yuca, que debió ser uno de los nutrientes principales de la región.

Algo que llama la atención a los arqueólogos, es que muchos de los denominados “batanes” tienen forma de recipiente, puede que se traten de receptáculos hechos intencionalmente.

Con relación a los petroglifos, que son diseños simbólicos grabados en rocas, realizados desgastando su capa superficial, aunque no se vio más que uno, en la región conocida como La Cascada, ubicado en el río Quiquibey que se desprende del río Beni, se sabe que era una expresión recurrente en la región, y que existen diseminados muchos especímenes, entendiéndose que varios han quedad ocultos por acción natural.

La construcción de la carretera entre Santa Bárbara y Quiquibey es uno de los proyectos de mayor impacto social y de desarrollo del Norte del departamento de La Paz y se constituye en la continuación del tramo La Paz-Cotapata-Santa Bárbara. Se compone de tres grandes tramos: Tramo I, desde Santa Bárbara hasta Caranavi; Tramo II, de Caranavi a Puente Sapecho y Tramo III, de Puente Sapecho al Puente Quiquibey.

En el estudio de impacto arqueológico, los especialistas señalan que si bien aún no se ha establecido y difícilmente se lo podrá hacer, en qué momento se iniciaron las incursiones de altiplánicos a estas cálidas tierras, se tiene alguna certeza de que ya en el período hegemónico de Tiwanaku, estos grupos se encontraban asentados en la región.

Dan cuenta que la instalación de caminos prehispánicos parece y debe remontarse a esa época, pues la interrelación con esta región significaba suministros de creciente interés tales como madera, frutos tropicales, animales exóticos y derivados, pero especialmente plantas alucinógenas y un producto que la iconografía inscrita en vasijas (de cerámica, principalmente) muestra como de importancia superlativa: la coca.

RIQUEZA ARQUEOLÓGICA

El estudio de mitigación de impacto arqueológico, realizado de manera paralela a la construcción de la carretera Santa Bárbara– Caranavi – Quiquibey, que une La Paz con la región de los Yungas, reveló la existencia de una gran riqueza arqueológica a lo largo de la vía, destacándose el rescate de hachas, batanes, cerámica y petroglifos del período lítico.

Los arqueólogos, Jédu Sagárnaga Meneses, Javier Mencías Bedoya y Eliana Maldonado de la empresa Scientia Consultora Científica, que participó en el estudio de mitigación de impacto arqueológico, sostiene que la evidencia que se levantó y analizó, sugiere no sólo una extensa ocupación del área por comunidades, sino también, una cierta especialización en la tala de árboles, dado el gran número de hachas líticas que han sido ubicadas sin mayor dificultad.

“Nuestro trabajo, se refirió, de manera específica, a excavaciones mediante el método estratigráfico, (que se inició en 2010) llegamos al 2012 e identificamos cinco sitios clave que iban a ser afectados de manera directa e irreversible por la construcción de la carretera”, aseveró Mencías a EL DIARIO y explicó que al menos en cada uno de los tres tramos, en los que se dividió la carretera, se tiene dos sitios muestreados, “exceptuando el sitio 3, que solo tenemos en Buena Vista”.

Esto, a decir del arqueólogo, sumado al despliegue de varias unidades de excavaciones arqueológicas, asegura gran cantidad de muestras a lo largo de la carretera, con estas evidencias se trata de evitar que el patrimonio cultural, sea dañado durante la apertura de la vía.

El estudio se realizó en el marco del proyecto “Construcción, control de calidad y mantenimiento de la carretera Santa Bárbara-Caranavi-Río Alto Beni-Quiquibey”, con la finalidad de evaluar y mitigar la destrucción de restos de cultura material que se enmarca dentro de la Responsabilidad Social que ejecuta la entidad estatal.

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