De atrocidades se trata

Aunque no entra en la lista de las modernas. . . habría podido ser utilizada . . . si llegan a conocerla.

Roma no tuvo ley contra el parricidio antes del año 652 de su fundación.

Esta ley se dio con ocasión de que cierto Publicius Maleolus había asesinado a su madre, de la manera más cruel e inaudita, que causó consternación entre las autoridades y la población romana.

Luego de un acalorado debate, se decidió entonces que los parricidas, en adelante, serían cosidos en un saco de cuero de buey y arrojados al mar. Pompeyo, cónsul por segunda vez, al confirmar esta ley agregó que dentro del saco del parricida deberían ser metidos un gallo, un perro, una serpiente y un mono vivos. El saco estaría tan bien cosido que los condenados no morirían ahogados, sino por las torturas que le inflingirían sus acompañantes. De “Versiones Mundiales”.