Doctores Honoris Causa

No pasó desapercibida para mi aguda periodista cochabambina la noticia ocurrida hace ya varios días en Salta (Argentina), cuando autoridades de la Universidad salteña honraron a nuestro presidente vitalicio Evo Morales otorgándole el título de Doctor Honoris Causa.

La sorpresa de la cholita se originó en su total desconocimiento del latín, pues -según ella- el latín no es muy común en Quillacollo y los pocos latinajos que escuchó en su vida los escuchó en mi casa porque muchas veces le dije “per sécula, seculorum, amén, cholita”, frase que traducida al castellano quiere decir “por los siglos de los siglos, amén, cholita”.

Volviendo al tema del “titulacho” con el cual fue honrado el “ad eternum” mandatario, la cholita bilingüe y precoz periodista me relató algunas circunstancias que vivió Evo Morales en su niñez, sorprendiéndonos a muchos saber recién que cuando él era niño de corta edad acompañó a su padre en su viaje que hizo a Salta para trabajar en la zafra del azúcar, mientras el inquieto niño fue inscrito en una de las escuelas salteñas.

Ese pasaje desconocido de la vida del pequeño Evo fue corroborado recién por su profesora argentina, quien, emocionada, dialogó después de varias décadas con el personaje histórico que es ahora, en quien reconoció al niño vivaz de aquel entonces.

Esa circunstancia cuasi novelesca me fue relatada por Macacha con lágrimas en los ojos, pues le parecieron pasajes de una telenovela histórica con personajes de carne y hueso, como el niño Evito y su vieja maestra, cuarenta y tantos años después, contándole yo a mi actual comadre que esos hechos merecían la pluma de un Alejandro Dumas.

Según el relato algo desordenado de mi comadritay, el flamante Doctor Honoris Causa de la Universidad de Salta, luego de recibir el honroso título y el birrete de Doctor Honoris Causa se dirigió a jugar fútbol contra un Seleccionado de la ciudad, marcando algunos goles para su equipo formado por sus colaboradores más próximos, guardaespaldas y Cuerpo de Seguridad.

Cuando la cholita de Quillacollo concluyó con su relato conmovedor, le pregunté si ella tenía noticia de similares honores académicos al canciller David Choquehuanca, el ministro Quintana, o el “Blindador de nuestra economía”, el señor Luis Arce Catacora, respondiendo la novel periodista asociada que jamás tuvo noticia de honores académicos similares a ninguno de los ministros del presidente vitalicio Evo Morales Aima, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Salta y de otras universidades que también le otorgaron honores similares, respondiendo mi comadritay: “Evo es el astro y no le gusta tener satélites...”, con lo cual concluyó esta historia conmovedora a la par que honrosa.