El desarrollo y progreso de los países ricos y desarrollados ha sido posible por la vertebración de sus territorios a través de carreteras y ferrocarriles que no sólo han integrado a sus pueblos sino que han abierto posibilidades de desarrollarse y progresar con la explotación de riquezas. Esas vías de comunicación han sido nexo entre pueblos y unidad de todo el territorio.
En los últimos años, es evidente que se ha construido en Bolivia algunas carreteras como la doble vía La Paz-Oruro, la carretera Jaime Mendoza en el sur y algunos otros caminos troncales y provinciales; pero si bien es plausible que se hayan hecho esas obras que tienen mucha importancia, no son suficientes y son, a la vez, una muestra de lo mucho que habría que hacer en el país.
Hay regiones descuidadas por todos los gobiernos y por el actual; como ejemplo se puede citar el caso de Yungas, donde, fuera de una carretera asfaltada hasta Coroico, los caminos -no pueden llamarse carreteras- casi siempre se encuentran en malas condiciones y, además, muchos sitios son conocidos como “especiales para accidentes, pérdidas cuantiosas de riquezas y, lo más grave, muerte de muchas personas”, debido a que son caminos de doble ruta y que se encuentran al borde de barrancos muy profundos.
Mucho se dice que el Servicio de Caminos -hoy ABC, Asociación Boliviana de Carreteras- “mantiene en buen estado los caminos y está abocada a la construcción de otros”; pero sin examinar mucho, se tiene el caso de toda la región de Apolo que se encuentra abandonada por falta de caminos o carreteras que permitan el libre y seguro acceso a esas tierras que poseen ingentes riquezas y, lo más importante, poblaciones que viven casi aisladas. Hace algunos años se construyó un aeropuerto en Apolo pero no se lo utiliza por falta de mantenimiento.
El caso de los ferrocarriles es patético porque sólo funcionan en la parte oriental del país y en parte de Oruro y Potosí. La Paz, Cochabamba y Sucre no cuentan con ferrocarril que, hasta hace muchos años atendía la compañía inglesa Bolivian Railway y, posteriormente, la Empresa Nacional de Ferrocarriles. Otra vía, La Paz-Guaqui, ha sido desmantelada al igual que el ferrocarril La Paz-Beni que tan sólo llegaba hasta la localidad de Ichuloma.
El Gobierno se jacta de contar con mucho dinero y, además, posibilidad de créditos del Banco Mundial. ¿Por qué no se destina presupuestos para la ampliación de la red occidental, restablecer la conexión con el Perú y seguir con el proyecto La Paz-Beni? Es muy necesario que ferrocarriles y carreteras tengan importancia para los gobernantes, si se quiere conseguir el desarrollo e integración nacional; no hacerlo será siempre motivo de extrañeza y reclamo de toda la colectividad.
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