El referéndum de febrero tiene finalidad concreta

Las campañas que son realizadas para el referéndum del 21 de febrero tienden a crear confusión en buena parte de los electores, según rumores y comentarios que se hace en diferentes niveles de la sociedad boliviana. La confusión que hay se debe especialmente a que se cree o se dice que se busca “la continuación del actual Presidente a partir del año 2019”. Poco o nada se hace referencia al hecho de que lo que se busca es cambiar la Constitución Política del Estado para que sea legal la re-re-reelección a partir del año 2019.

Para la colectividad confundida, el referéndum sería como apoyo al actual Presidente y, de hecho, propiciarlo para el año 2019; craso error porque el actual primer mandatario cumplirá su nuevo período iniciado hace poco justamente el año 2019 en que se realicen elecciones para elegir Presidente, Vicepresidente, senadores, diputados plurinominales (elegidos “a dedo”) y uninominales.

Lo cierto es que para esta confusión contribuyen mucho las campañas que no hacen referencia a los cambios en la Constitución, que para ello se realizará la votación en que el pueblo responda sí o no; es decir que si la respuesta es afirmativa se cambiará el artículo respectivo de la Ley de Leyes y, si es negativo el voto popular, no habrá cambio alguno y quienes candidateen el año 2019 se atendrán estrictamente a lo que señala la Constitución y el actual Presidente no podrá ser candidato.

Las campañas, inclusive de la oposición contraria a la re-re-reelección también pecan de ignorar el motivo o finalidad de lo que se buscará el 21 de febrero; esta situación confunde mucho más a la colectividad que no siempre está enterada debidamente del propósito del referéndum.

Las autoridades del Gobierno viven empeñadas en hacer propaganda y publicidad a favor del sí ciudadano, sin referencia alguna a los cambios constitucionales y hacen ver que lo que están desarrollando con gran despliegue de “obras realizadas” y ofertas sin límite e inversión de dinero, es mostrar “la conveniencia de la continuidad indefinida del actual primer mandatario”. El que se empeña con gran ímpetu en la propaganda y difusión de lo que propicia la re-re-reelección es el Vicepresidente, que busca seguramente asegurarse, por estar vinculado, estrecha e incondicionalmente, al Presidente.

En la campaña por el no, se llega al extremo de que gobernadores, alcaldes y autoridades citadinas y provinciales también están empeñados, cuando ello no debería ocurrir, respetando el criterio conciencial de cada ciudadano. La presión mediante la propaganda no es buena, es contraria a los derechos de conciencia de los votantes y, si se tiene que hacer publicidad a favor de determinada consigna, debería hacerse días antes del proceso electoral; entretanto, cada quien tendría que dedicarse a cumplir deberes y responsabilidades que, se entiende, debe tener y respetar cada uno de los interesados. Será bueno, por otra parte, que se explique claramente cuál es el objetivo del encuentro del 21 de febrero.