Nueva ley: familias identitarias

A pesar de la disyuntiva inicial sobre esta temática cuando se la abordó, dependió en un principio del carácter ultraconservador de una fracción de representantes de la Iglesia que con una serie de acciones promovieron manifestaciones que congregaron centenares de bolivianos en rechazo y -consecuentemente- en apoyo de la ley de identidad de género; proyectando un debate innecesario sobre las familias y sus elementos constitutivos que algunos consideran “naturales”. Todo dio un giro incuestionable a partir de las recientes declaraciones del sumo pontífice sobre el pedido de perdón a gays, pobres y excluidos.

La nueva ley en cuestión no quita derechos a nadie, a cualquier luz interpretativa no aborda de fondo la reconstitución y creación de nuevas familias; sino que a partir de ese reconocimiento podría considerarse a éstas como “familias identitarias”, con la misma orientación sexual, coincidiendo inclusive en que esta categoría podría concebírsela propia en este tiempo, más al nuevo amparo legal. Lo que no implica, desde luego, que con esa afirmación se intente asimilar a estas células sociales con las parejas convencionales (casadas o no) con o sin hijos.

Este tiempo fue el oportuno para la expresión más acertada de estas comunidades, siendo que en conjunto y no tan novedosamente participaron autoridades públicas en la celebración del día internacional de los colectivos LGTB. A pesar de la coincidencia con la celebración de la nueva norma, la tradicional forma de festejar pasó de lo ocurrente a lo caricaturesco. Lo que se debió prever.

Un nuevo escenario sociológico identitario emerge, pero si bien a partir de fenómenos jurídicos como la modulación de sentencias y mutaciones constitucionales, pueden surgir interpretaciones más amplias, la disposición regulatoria de rango constitucional del Art. 63 impide -por ahora- colegir que tanto los institutos del derecho de las familias, como el matrimonio, la unión libre o la adopción permitan quebrar el requisito de estructura: hombre y mujer.

El autor es periodista.