Búsqueda de coexistencia pacífica

La paz mundial continúa en vilo, pese que ha desaparecido el peligro de la Guerra Fría. Pues está constantemente amenazada, amedrentada y lesionada, cuyos hechos no han dejado de preocupar al conjunto de la comunidad internacional. Aquella representaba la rivalidad de dos bloques, provenientes del sistema capitalista y del régimen comunista, en la competencia por tomar el control del planeta.

Hoy como ayer se enseñorean, sin medir consecuencias, las actitudes de incomprensión, de intolerancia y mezquindad política, que desbaratan todo intento de convivencia pacífica, enmarcada en el respeto mutuo.

Guerras y amagos de guerra son el pan nuestro de cada día, con secuelas como el hambre, la destrucción y la muerte violenta. Con huérfanos, con viudas y miles de refugiados. Con la vulneración de los derechos humanos. Parece que los ánimos estuvieran enardecidos por las divergencias ideológicas o a raíz de las creencias religiosas.

En consecuencia la búsqueda, permanente, de una coexistencia pacífica mundial, ha sido y es difícil, escabrosa y dura. Líderes de reconocida trayectoria política contribuyeron con sus ideas, con sus inquietudes y sus sueños a ese propósito, inalcanzable, pero histórico. Asimismo organismos internacionales de solvencia moral y política.

La búsqueda requiere, ahora más que nunca, de la presencia y del concurso de aquellos espíritus identificados con la paz mundial: el objetivo mayor de todos los tiempos. De aquellos que cultivan la cultura del reencuentro y no así del cálculo político que conlleva intenciones cicateras.

Creemos que a estas alturas de la historia un espíritu de la talla del patriota hindú Mahatma Gandhi, iluminaría los cauces de esa búsqueda, por su predicamento pacifista, que tuvo la virtud de expulsar a fuerzas externas sojuzgadoras del seno de su país.

Gandhi, el un gran hombre, cuyas proyecciones políticas trascendieron fuera de las fronteras de su tierra natal. Y se constituyeron en el referente del pacifismo, en los anales de la historia política universal.

En suma: la paz mundial requiere de la conjunción de acuerdos y esfuerzos multilaterales para afianzarse.