[José Alberto Diez de Medina]

Agustín Morales, Tomás Frías, Adolfo Ballivián


Después del triunfo del pueblo sobre Mariano Melgarejo, el mismo pueblo proclamó presidente provisorio al Gral. Agustín Morales, uno de los cabecillas del 15 de enero de 1871. Naturalmente Morales prometió un buen gobierno de transición, para llamar a elecciones. El país lo aplaudió, cansado de las dictaduras, en pos de tiempos mejores.

Lamentablemente, otro militarote de cuartel no supo o no quiso esperar la fecha próxima al llamamiento de elecciones, irrumpiendo en el Congreso, magno centro de leyes, con una banda de músicos del batallón Colorados, más la respectiva tropa, muy adictos a Morales, amparando y encubriendo los insultos de éste a senadores y diputados, acusándolos de traidores, vagos, sinvergüenzas, más otros epítetos, disolviendo la asamblea.

El Gral. Morales se declaró dictador, llamó a elecciones tiempo después. Verificado el escrutinio de las elecciones el 23 de agosto de 1872, salió reelegido como Presidente Constitucional. Hombre irascible y temperamental, el 27 de noviembre en el mismo palacio de Gobierno agredió a sus edecanes, lo mismo que a su hombre de confianza y pariente, Coronel La Faye, quien respondió con cuatro tiros de revólver, asesinándolo.

El 28, frente a este caos, se hizo cargo de la presidencia el doctor Tomás Frías, hombre probo, abogado, presidente del Senado, quien convocó a elecciones.

El 5 de Mayo de 1873 renunció a la presidencia el doctor Frías, y conforme a las elecciones fue elegido Presidente Constitucional el Teniente Coronel Adolfo Ballivián, siendo investido el 9 de Mayo en el mando supremo de la nación.

Ballivián, muy respetado por el pueblo, hijo del vencedor de Ingavi, intelectual, músico, compositor, debido a una fatal enfermedad no pudo gobernar un tiempo duradero, su preocupación fue que venían problemas de alto nivel con Chile. Organizó y completó todas las tareas para la importación de barcos de Europa, para la creación de una flota boliviana que tenga autoridad en el Pacífico.

Pero la falta de patriotismo y comprensión hizo que el Congreso rechazara, en tres oportunidades, el pedido de autorización del Presidente para los empréstitos destinados a este objeto.

El 31 de enero de 1874, debido a su quebrantada salud, que no le permitió gobernar, cedió la misma al Presidente del Consejo de Estado, doctor Tomás Frías.

El 14 de febrero murió Ballivián en la hacienda de Ñuccho, asumiendo la presidencia el doctor Frías.

Diversos levantamientos en la República hicieron que el doctor Frías salga de la sede del Gobierno en diversas oportunidades para develar los complots y las revoluciones, con 70 años encima.

En contra del doctor Frías se realizó una revolución el 14 de marzo de 1875, en la ciudad de La Paz, tratándose de tomar el Palacio de Gobierno. El encuentro fue sangriento, llegándose a incendiar el Palacio, no pudiendo tomarlo los revoltosos, llamado desde ese momento el Palacio Quemado.

Los resultados fueron de 15 muertos y 40 heridos en los defensores y 135 muertos por parte de los incendiarios.

El 4 de mayo de 1876, el Gral. Hilarión Daza, Ministro de Guerra del doctor Frías, destituyó en el mismo Palacio de Gobierno a Tomas Frías y su gabinete en pleno, otorgándose los poderes de Gobernante del Estado, clausurando la Asamblea.

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