Rana gigante de Titicaca está infectada por patógeno mortal

• Científicos confirman que el hongo quítrido, que se ha diseminado entre los anfibios de diferentes ecosistemas del mundo, les provoca una mortal enfermedad en su piel


Científicos sostienen que la rana del Titicaca tiene condiciones fisiológicas únicas en el mundo y es necesario conservarla.
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La rana gigante del lago Titicaca con el mayor tamaño en los Andes está infectada por un patógeno invasivo, el hongo quítrido, que se ha diseminado entre los anfibios de diferentes ecosistemas provocándoles una mortal enfermedad en su piel –órgano por el que también respiran–, ocasionando el descenso estrepitoso de poblaciones y la extinción de especies en casi todo el mundo.

Los científicos Patricia Burrowes e Ignacio De la Riva confirmaron al portal CienciaBolivia la existencia del hongo de los anfibios en el lago sagrado, identificado como Batrachochytrium dendrobatidis conocido también como Bd que causa la quitridiomicosis, enfermedad que afecta el equilibrio osmótico o la proporción de sales y agua en el cuerpo del animal, impidiéndole la respiración cutánea y que termina matándolo.

Ambos expertos con estudios de doctorado ofrecieron la disertación magistral: “Diversidad y extinción de anfibios y reptiles en los Andes tropicales” en la carrera de Biología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) donde detallaron sus últimas investigaciones sobre la presencia del patógeno mortal en el país.

“En el lago menor del Titicaca se ha evidenciado que la población de las ranas –conocidas científicamente como Telmatobius culeus– ha disminuido drásticamente, hay muy pocas y quizá sólo queden algunas, esto se debió al fenómeno de la contaminación tan grande registrada en 2015 y también porque la especie está infectada por el hongo”, explica Patricia Burrowes de la Universidad de Puerto Rico.

Mientras que en el lago Mayor en el sector de la isla de la Luna –revela Burrowes– todavía, son muy abundantes y algunas pueden resistir. “Pero otras mueren a causa de esta enfermedad. Tuvimos la oportunidad de realizar un muestreo junto al herpetólogo boliviano Arturo Muñoz y encontramos una infección muy intensa lo que causó la muerte de algunos especímenes adultos”, añade.

Los científicos que tienen los resultados de un nuevo estudio sobre la quitridiomicosis en Bolivia, encontraron una amplia distribución de Bd en la región de los Andes bolivianos y los bosques húmedos montanos, mientras que los “anfibios de tierras bajas aún están bien”.

El microorganismo incluido en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, se extiende con rapidez por el mundo y son centenares las especies que ya fueron afectadas muchas de ellas en peligro de extinción, destruyendo a la biodiversidad.

NUEVA CEPA VIRULENTA

Burrowes considera que una cepa de Bd quizá existió y estaba presente en los anfibios bolivianos hace muchos años, ya que junto a Ignacio De la Riva detectaron el año pasado el ADN o la información genética del hongo en muestras de piel de un ejemplar de la rana del Titicaca que fue colectado en 1863 y que se encuentra en la colección del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España. “Es de suponer que esa cepa estaba presente entonces en Bolivia y que no fue patógena para los anfibios o sólo afectó levemente”, agrega.

“Pero una nueva cepa muy virulenta surgió el siglo pasado y se ha regado por todo el mundo y es la que está causando por los menos los destrozos en la clase anfibia que nosotros estamos evidenciando”, explica la herpetóloga o experta en anfibios y reptiles.

Remarca que el origen de una de las cepas, la muy virulenta está probablemente en el continente africano, porque la primera presencia del microorganismo fue identificado en una rana conocida como la “rana de uñas”, animal utilizado usualmente para la investigación científica y que entre las décadas de los 40 a 50 del siglo veinte, fue empleado para hacer pruebas de maternidad en las mujeres, “así que es muy probable que de esta manera se haya introducido a todas partes del mundo”.

RESERVORIO DEL TITICACA

El científico español Ignacio De la Riva que realizo su tesis doctoral entre 1987 y 1990 en las selvas del norte del Departamento de Santa Cruz, considera que si la situación del lago Menor como es la contaminación pudiera revertirse, entonces el lago Mayor “actuaría de reservorio y a través de Tiquina las ranas volverían a ingresar”.

“Pero sería muy triste que este fuese el proceso, lo que habría que hacer es descontaminar y cuidar el lago y que las ranas vuelvan a sus niveles de población que tenían antes. Es necesario hacer algo con la contaminación y con la sobrepoblación de habitantes en El Alto y la enorme cantidad de agua contaminada vertida”, asevera De la Riva.

Sin embargo, se ha conseguido bastante al concienciar a la población local –dice el científico español– y hacerla sentir orgullosa de la rana y que “no hay que comérsela y matarla”, sino que es un icono del lago Titicaca. “Me sorprendió gratamente ver algo de conciencia que no había antes cuando te ofrecían comer ranas por todas partes, la gente quiere conservarla”, afirma el herpetólogo.

Respecto a la cría en cautiverio de Telmatobius culeus, la especie endémica del lago sagrado que implementa la organización Iniciativa Anfibios de Bolivia en Cochabamba, el investigador sostiene que sería importante repoblar el lago Menor con especímenes, pero sería inútil un programa de cría en cautividad si las condiciones actuales con fenómenos casi periódicos de “supercontaminación” –en 2015 se evidenció la muerte masiva de la fauna acuática por la contaminación– se llevan por delante a millones de ranas.

De la Riva explica que lamentablemente del género Telmatobius –anfibios anuros endémicos de la cordillera de los Andes en Suramérica– de las 15 especies existentes en Bolivia ocho ya desaparecieron para siempre a causa de Batrachochytrium dendrobatidis, el hongo de los anfibios.

Ambos científicos coincidieron en destacar que la rana del Titicaca tiene condiciones fisiológicas únicas en el mundo y que es necesario conservarla, ya que al igual que todos los anfibios cumplen un rol muy importante en los ecosistemas y que “es seguro que la extinción de la rana del lago Menor ocasionará repercusiones ecológicas afectando la biodiversidad”. (CienciaBolivia)

 
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