Paradigma del nacionalismo

“El Gral. Sandino y su hermano fueron muertos”, titulaba la información ofrecida por “La Patria”, de la ciudad de Oruro, en fecha 23 de febrero de 1934.

El general Augusto César Sandino, antes de ser asesinado, habría declarado: “Solamente hay tres potencias en Nicaragua y ellas son, Sacasa (Juan Bautista), la guardia nacional y yo”, según la versión de aquel rotativo.

El periodismo boliviano, pese que el país atravesaba momentos difíciles como consecuencia de la absurda situación bélica con el Paraguay, no descuidó en proporcionar, de una u otra manera, informaciones precisas y oportunas acerca de los hechos luctuosos que conmocionaban a la opinión pública mundial.

No estuvo desconectado, en consecuencia, de la realidad política continental ni del contexto informativo mundial. Por ello suministró la información relativa al caso Sandino. Pues no se debía obviar el asesinato de ese líder político nicaragüense.

Sandino, el general de origen campesino, luchó con denuedo, con coraje y patriotismo, a la cabeza de un ejército popular de tres mil hombres, durante más de seis años, contra la invasión de fuerzas externas a su país. Lo hizo pisando permanentemente los talones del adversario, que le costó, como bien sabemos, la vida. Asumió esa actitud revolucionaria motivado por su sentimiento cívico. Pues derramó su sangre en el ara de la Patria.

“Seré intransigente y no depondré mi actitud hasta no arrojar de mi Patria y del poder a los invasores y traidores que por tantos años han traficado con la honra de la nación. Sandino y sus fuerzas no se rendirán a los traidores, ni mucho menos a los invasores de la Patria”, sostuvo (Carlos Fonseca: “ideario Político de Augusto César Sandino”, Nicaragua, 1984, página 36).

Los principios político – ideológicos que sustentaba Sandino marcaron, históricamente, su identificación con su pueblo y su tierra. Por ello que manifiesta su decisión de “arrojar” del seno de su país y del gobierno “a los invasores y traidores”. Una conducta patriótica que honrará su nombre, su apellido y propósitos políticos, en todos los tiempos.

Fue asesinado por la Guardia Nacional, a las órdenes de Anastasio Somoza, el 21 de febrero de 1934.

En suma: Sandino es paradigma del nacionalismo revolucionario de siempre.