Tiwanaku ostentó complejo lítico con canales acuáticos

• Los últimos hallazgos científicos pueden demostrar que los tiwanakotas convivieron entre actividades económicas, rituales, sociales y políticas en un sitio de distintas culturas prehispánicas


El Puma Punku es un conjunto de bloques pétreos con forma de H que encaja con gran precisión en las ruinas del Tiwanaku.-
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Por Edwin Conde Villarreal

Tiwanaku fue la configuración moderna de un colosal complejo ritual con grandes estructuras líticas y prolongados canales de agua erigidos sobre un extenso valle que fue cambiando cuando se elevaron plataformas superficiales de piedra; los últimos hallazgos científicos pueden demostrar, además, que los tiwanacotas convivieron entre actividades económicas, rituales, sociales y políticas en un sitio donde confluyeron distintas culturas prehispánicas.

El director del Centro de Investigaciones Arqueológicas, Antropológicas y Administración de Tiwanaku (Ciaaat), el arqueólogo Julio Condori, informó que la poderosa técnica de investigación arqueológica –usada por primera vez en Bolivia por la Unesco– como es la teledetección que emplea vuelos de dron e imágenes satelitales, “cambiaron la visión de lo que ha sido el centro ceremonial hasta ahora”.

“Esto implica que se debieron trabajar, por ejemplo, una serie de plataformas líticas a lo largo del tiempo, demostrando que las construcciones actuales son el resultado de otras estructuras anteriores. Tenemos el firme objetivo de hacer investigaciones debajo de las edificaciones para dar algunas luces de lo que ha sido la forma y la tecnología de construcción de estos templos”, afirmó el experto.

“Tiwanaku fue un eje de interacción, no solamente del área circunlacustre o del lago Titicaca, sino de los valles interandinos, de la costa y de otros radios de interacción, de otras culturas que llegaban al centro ceremonial  para ser incluidas a través de la ideología, la simbología, el poder y el ritual expresado a todos los elementos cosmológicos y naturales en una forma de ver el mundo”, explicó Condori.

Fue una civilización –su período aldeano surgió el año 1500 antes de nuestra era– que desarrolló el arte y la ciencia, expandiéndose hasta las costas del Pacífico, el sur del Perú, norte de Argentina y posiblemente a las tierras bajas orientales. Durante dos milenios logró importantes avances como las técnicas empleadas en el cultivo de camellones que fueron instalados incluso en las laderas de las montañas. Sorprende su arquitectura que resulta de estudios astronómicos con el manejo delicado de diverso material lítico.

Prácticamente, su conformación social y política –remarco el arqueólogo– ha contemplado entre el año 100 al 1150 de nuestra era, período en el que se ha establecido su configuración espacial.

UNA MAYOR EXTENSIÓN

El Director del Ciaaat dijo que los resultados científicos de las investigaciones iniciadas con la Unesco en agosto de 2015 y que contaron con la contraparte del Departamento de Geografía Física de la Universidad Complutense en Madrid, revelaron que la superficie ocupacional tiwanacota fue más grande de lo esperado con aproximadamente de 650 hectáreas, a diferencia de las primeras 71,5 hectáreas consideradas con valor universal e intangible y que se creía se extendían hasta unas 400 por los estudios arqueológicos efectuados entre las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado.

Acerca del área ocupacional de los tiwanacotas que atraviesa por debajo de la actual población, Condori detalló que “se conocía esto y se confirmó que el actual pueblo está encima de la ciudad prehispánica, por lo que se tiene que hacer una reestructuración e implementar nuevas políticas que permitirán preservar este dato arqueológico para conservar el patrimonio, no sólo para Bolivia sino para el mundo”.

También se detectó –según las investigaciones científicas– que Pumapunku o Puerta del Puma, estructura piramidal lítica que se creía tenía tres plataformas, posee dos plataformas más que se encuentran enterradas. “Es más grande –la edificación que muestra una técnica constructiva depurada y evolucionada–, se creía que sólo tenía una superficie de siete hectáreas, pero se evidenció que llega al doble con 14 hectáreas”, agregó.

TRES NUEVOS TEMPLOS

Existen imágenes de las investigaciones que muestran al menos tres nuevos grandes templos líticos que se suman a las edificaciones conocidas como el Templete Semisubterráneo una estructura hundida de planta casi cuadrangular, Kantatallita de planta rectangular donde se encuentra un dintel finamente tallado, Akapana la pirámide de siete plataformas, Kalasasaya un templo con dimensiones calculadas por los movimientos del Sol, Putuni conocido como el “Palacio de los sarcófagos y Pumapunku una pirámide ahora con cinco plataformas.

“Tenemos rasgos y elementos de tres posibles templos ubicados dentro y fuera del área ceremonial, pruebas que podrán ser evidenciadas o descartadas con la investigación arqueológica que se llama sondeos de excavación”, anunció Condori que también es originario de Tiwanaku.

Reconoció que si bien esta metodología –la teledetección– ha permitido visibilizar la morfología de posibles rasgos o fundaciones de otras estructuras enterradas, sin embargo se requiere que los estudios sean complementados necesariamente con sondeos de excavación que son propios de la ciencia arqueológica y que pueden darse este año.

¿CULTURA DEL AGUA?

El arqueólogo dijo que al ver toda el área de la cuenca o por lo menos lo que es el valle medio donde se estableció el colosal complejo, es posible asumir que es una zona inundable, y al serlo Tiwanaku tuvo la capacidad del manejo hidrológico con el fin de mitigar esta disposición natural con una elevación artificial lítica.

“Posiblemente por los mapas satelitales obtenidos –en los planos es posible identificar canales acuáticos incluso estructuras que pudieron constituirse en muelles o desembarcaderos dentro del complejo–, se puede mencionar que Tiwanaku fue una cultura del agua, ya que en su configuración existen muchos elementos vinculados al recurso hídrico”, afirmó.

El experto ejemplificó el sitio denominado como Choquepajcha donde existe una vertiente natural que ha sido canalizada usándose para el consumo y probablemente también para otros fines como el traslado de los grandes bloques pétreos.

Choquepajcha ubicado en el sector suroeste de Pumapunku tiene grandes bofedales que a la vez son vertientes que han servido y fueron utilizados por los tiwanacotas a través de canales acuáticos que alimentaban con el recurso los sukakollus (innovador sistema de cultivo). Un ejemplo de ello se encuentra en Putuni, donde es posible observar un canal de agua expuesto, lo que implica que se inducía el recurso hídrico a través de una propia tecnología que provenía de un sistema hidráulico, acotó.

“Hasta hace un par de décadas Tiwanaku era considerado un espacio de peregrinaje, donde estaban sólo los templos ceremoniales; sin embargo, al revelarse la existencia de estructuras habitacionales con forma circular y rectangular, que demuestra que era una ciudad habitada y donde se convivía con interacciones económicas, rituales, sociales y políticas”, aseveró el arqueólogo.

Condori considera que la cultura tiwanacota fue diversa y que demostró la multiculturalidad y pluriculturalidad, eso es demostrable por la variabilidad y la diferencia en la composición de la iconografía, demostrando el sincretismo cultural para su época. (CienciaBolivia).

 
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