[Manfredo Kempff]

¡Bloqueados!


Por supuesto que es una barbaridad que las huelgas en las aduanas chilenas provoquen enormes colas de cientos de camiones bolivianos detenidos con carga hacia los puertos del Pacífico, porque, como dicen las autoridades nacionales, esto puede denunciarse como una violación al Tratado de 1904 y seguramente que con fundamentos. Un tratado internacional no puede incumplirse por conflictos de carácter doméstico ajenos al otro país suscriptor. Bien si Bolivia denuncia esta irregularidad ante la Aladi o el organismo que sea pertinente. Y bien que le recuerde a Chile que el libre tránsito es fundamental en el Tratado de Paz.

Sin embargo, Bolivia es una nación bloqueada permanentemente. Si es cierto que las barricadas que armaban los cocaleros hace más de una década provocaron malestar e incredulidad, porque obstruyeron la vital carretera Cochabamba-Santa Cruz, ocasionando cuantiosas pérdidas, hoy, cuando se suponía que con los cocaleros en el poder las vías estarían despejadas, resulta que los bolivianos vivimos en constante zozobra y que ni los buses de pasajeros ni el transporte pesado tienen garantías para circular.

Bolivia es un desastre total. Todos los días hay un bloqueo nuevo en algún lugar. Antes los cercos eran principalmente en los valles y el altiplano; ahora en la llanura los bloqueos proliferan como hongos y hasta los conflictos vecinales terminan con broncos dirigentes de sindicatos fantasmas - hombres y mujeres- que echan unas cuantas piedras y unas llantas viejas en cualquier camino o carretera y se sientan al solazo a gritar que el-pueblo-unido-jamás-será-vencido. Mientras tanto, se detiene un ómnibus que iba a Cochabamba, luego un enorme Volvo con destino a un puerto, después ya son cuatro buses y diez camiones, y luego viene el caos cuando cientos o miles son los vehículos retenidos y los revoltosos no dejan pasar a nadie. La gente desamparada tiene que echarse a andar a pie por cuadras o kilómetros para sortear la empalizada humeante y la autoridad o escasea o simplemente brilla por su ausencia.

Y cada vez son los bloqueos a Chiquitos y el Beni en Pailas o Pailón, con lo que también se obstruye la Bioceánica, Transcontinental, o como se llame, que hasta ahora no se utiliza como debiera ser, justamente porque desde las orillas de ambos océanos se sabe que en el interior existen unos salvajes que tienen como costumbre, como hobby, bloquear el importante camino y sentarse a beber, coquear, lanzar petardos y piedras y repetir hasta el hastío que el-pueblo-unido-jamás-será-vencido. Y eso sucede también en el sur, en la ruta de Argentina y hacia el oeste en la peligrosa región de Yapacaní que, aparentemente, ya dejó de ser cruceña.

Nadie se explica cómo una nación puede progresar, puede sobrevivir, si está siempre con sus rutas bloqueadas. Pareciera que se necesitará de un ejército de personas para provocar la paralización y el aislamiento de una gran ciudad y resulta que eso se produce con grupos minúsculos -a veces familiares- que por un requerimiento al Gobierno, a un municipio, o hasta por un pleito de menor cuantía, entre pocos ponen obstáculos, queman llantas en el camino o las calles, y se instalan sin que la Policía pueda hacer mucho.

¿Por qué el éxito de los bloqueos? ¿Por qué han proliferado como hongos hoy y antes no? Simplemente porque las actuales autoridades ceden ante la exigencia de los que perturban el orden, ya que conversan, negocian, se rinden, y los bloqueadores ganan y festejan. De esa manera mañana vuelven a producirse los atrincheramientos viales porque es negocio seguro.

Los bloqueos no van a ceder terreno si todo les resulta fácil y nuestros vecinos, los que quieren utilizar esta bendita “tierra de contactos” para movilizar sus exportaciones, se abstendrán. ¿Acaso van a tener algún entusiasmo en pasar por Bolivia si saben que sus productos pueden no llegar a destino, si pueden perder sus productos perecederos y también sus contratos con potencias de ultramar? ¿Van a tener el menor deseo de invertir en infraestructuras que no les garantice el libre tránsito de su mercancía?

TITULARES

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (779 Kb)      |       PDF (310 Kb)



Caricatura


Sociales

Despedida A Diplomático Ecuatoriano

El embajador del Ecuador, Ricardo Ulcuango, en sus palabras de despedida, junto a Gabriel Villafuerte.