25 de septiembre de 1865

Mariscal Andrés de Santa Cruz

Carlos Valdivia


Andrés de Santa Cruz, hombre visionario, impulsó la educación en la nueva República.
 GALERÍA(2)

Hombre de gran visión de integración americana, se propuso poner en práctica el sueño bolivariano, llevó a Bolivia a una situación de privilegio entre las naciones por entonces anarquizadas por las ambiciones de poder y el caos político imperante entre las repúblicas emergentes del régimen colonial. La bandera crucista confederada ondeó triunfante desde el Ecuador hasta el norte argentino.

Andrés de Santa cruz nació en la ciudad de La Paz, un 25 de diciembre de 1792. Sus padres fueron don José Santa Cruz y Villavicencio y doña Juana Basilia Calahumana, ambos de noble estirpe; el padre de ascendencia española y la madre de abolengo incaico, natural del pueblo de Huarina. Inicia sus estudios en el colegio San Francisco de La Paz, y en 1809 continua en el Seminario Conciliar de San Antonio Abad de la ciudad del Cusco. Allí conoció a un alumno cusqueño, Agustín Gamarra, quien más tarde sería su principal rival en los manejos políticos y militares del Perú durante la efímera vigencia de la Confederación Perú Boliviana.

A muy temprana edad, se enrola en fila realistas, en los Dragones de Apolobamba, con el rango de alférez, luego pasa a órdenes del brigadier José Manuel de Goyeneche como ayudante de campo. Más tarde, el virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela, dio al joven oficial el comando de un regimiento en el ejército del general O’Reilly. En abril de 1817 ya con el grado de teniente coronel, es tomado prisionero por los patriotas en Tarija, en la batalla de la Tablada, enviado a la prisión de Las Bruscas, al sur de Buenos Aires, de donde logra fugar para retomar las armas realistas. Después de la derrota sufrida en la batalla de Cerro de Pasco en diciembre de 1820, y recapturado, Santa Cruz decide definitivamente abrazar la causa patriota en 1821.

El general José de San Martín convencido de la lealtad del joven ex-realista le confía el mando de una división y es ascendido a la vez al rango de coronel. En 1822 Santa Cruz al mando del ejército auxiliar peruano se une a las fuerzas del general Sucre y logran una brillante victoria en Pichincha, 24 de mayo de 1822, que libera de los españoles a Ecuador. Por esta acción es ascendido al rango de brigadier general de los Ejércitos de Colombia y nombrado jefe del Estado Mayor de la División Peruana y como tal participó en la batalla de Junín, 6 de agosto de 1824, y luego de las batallas de Zepita, agosto de 1823, y Sicasica es nombrado prefecto de Huamanga, donde permanece en lo que resta de la campaña libertadora. –El 30 de enero de 1825 hace su entrada triunfal a la ciudad de La paz como prefecto, en camino hacia Bolivia pasa por Arequipa donde contrae matrimonio con la dama peruana Francisco Cernadas, con quien tendría numerosa descendencia–. El 6 de agosto de ese mismo año por mandato de la Asamblea Deliberante se crea la República Bolívar (actual Bolivia), con auspicio de Bolívar y Sucre como sus primeros presidentes.

Durante la dictadura de Bolívar en el Perú, Santa Cruz es nombrado Presidente del Consejo de Gobierno, por lo que viaja a Lima y asume el cargo el 29 de junio de 1826. En tal calidad ejerce interinamente el poder supremo cuando Bolívar abandona el Perú, el 3 de septiembre del mismo año. A raíz del motín de las tropas auxiliares de Colombia acantonadas en Lima, y la subsiguiente reacción antibolivariana del pueblo de Lima, 27 de enero de 1827, Santa Cruz pasa a presidir una Junta de Gobierno. La misma en un Congreso elige como Presidente del Perú al general La Mar. El nuevo gobierno lo destaca como ministro plenipotenciario del Perú en Santiago de Chile.

SANTA CRUZ PRESIDENTE DE BOLIVIA

Tras el alejamiento de Sucre y de las tropas colombianas del territorio boliviano, a consecuencia de la invasión del general peruano Agustín Gamarra y la firma del Tratado de Piquiza, Santa Cruz es electo por mandato de un plebiscito popular como Presidente provisional de Bolivia, 24 de mayo de 1829.

Entre sus primeros actos de gobierno: deroga la Constitución Vitalicia de 1826 y promulga una ley de amnistía que llevara a la unidad y la pacificación del país. Reorganiza el ejército creando un tribunal de justicia militar para ejercer jurisdicción legal sobre el personal militar, incorpora en filas del ejército boliviano a meritorios oficiales del extranjero, entre ellos: Otto Felipe Braun, William Miller y Francisco Burdett O’Connor, todos veteranos de la independencia sudamericana. Crea el Colegio Militar. Reestructura las maltrechas finanzas sumidas en la miseria, con tan sólo cuatro reales en las arcas.

Presta especial importancia a la educación y cultura fundando la Universidad de San Andrés de La Paz y la San Simón de Cochabamba, Colegios de Medicina, Academias de Jurispru-dencia, un Colegio de Artes y Oficios. Labor que encierra su pensamiento cuando dice:

“Cuanto mejor es la cultura de un pueblo, menores son las posibilidades de que se le prive de libertad”.

“La educación da tolerancia a los gobernantes y disciplina a los gobernados”.

Ordena también el primer censo de la población de la República. Dicta un arancel y crea aduanas y el primer presupuesto fiscal. Otorga a nuestro país una legislación propia y en 1831 a 1835 son promulgados los Códigos Civil, Penal, de Pro-cedimiento, Mercantil y de Minas que lleva por mucho tiempo su nombre.

Santa Cruz crea el departamento del Litoral, declarando a Cobija puerto libre y para darle categoría la constituye en capital de departamento, 1º de julio de 1829. Se traslada en viaje de estudio el propio Presidente Santa Cruz y el Vicepresidente Velasco. De la Memoria leída ante el Congreso Nacional de 1832 por el Presidente se consideran estos pensamientos sobre la importancia del puerto de Cobija para nuestro país:

“No será patriota el boliviano que olvide a Cobija, nuestro puerto La Mar, ni será miembro de esa sociedad, quien sea diferente a los progresos del único conducto de comunicación con el mundo, porque sin ese puerto, la existencia de Bolivia será problemática”.

“El primer juramento que hicimos fue de ser independientes, y no podemos serlo, faltándonos Cobija”.

“Bolivia sin el Litoral, sería una nación parásita, sometida a las condiciones de sus vecinos y esclava humilde del más fuerte”.

En 1833, la organización y la administración interna de Bolivia estaba casi completada, de acuerdo a un historiador de la época, la maquinaria del gobierno “se movía de forma regular como un péndulo”. Estos manejos de orden administrativos le crearon una imagen favorable a Santa Cruz, ganado el respeto de los observadores extranjeros, quienes, a su vez, colaboraron para obtener el reconocimiento del gobierno francés la independencia de Bolivia, también fueron establecidas relaciones diplomáticas con el Brasil. Por entonces, Bolivia solamente sostenía relaciones comerciales con Francia, mientras que en el Perú había representantes de Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos de América, debido a que estas potencias estaban interesadas principalmente en políticas de comercio liberal y respaldadas por una sólida estabilidad política.

Santa Cruz había dedicado todo su esfuerzo a la estabilidad política y al potenciamiento del ejército boliviano, y no olvidaba además poner en práctica el añorado sueño bolivariano de reconstruir el Gran Perú, pero sus pretensiones chocaron con las de su viejo amigo y compañero de armas, el general Agustín Gamarra, quien también quería unificar al Perú y Bolivia bajo su propia dirección. Posteriormente, el Congreso del 31 de agosto de 1839, elige Presidente del Perú a Gamarra, quien cuestiona los planes de Santa Cruz de pretender anexar los departamentos del sur del Perú a Bolivia, insistiendo que la única solución viable para los intereses de la Confe-deración era la “fusión” de los dos países para formar “la nación peruana, no la boliviana”, desde la perspectiva de Gamarra.

CAUSAS PARA LA CREACIÓN DE LA CONFEDERACIÓN PERUANO BOLIVIANO

La idea de unir el Perú con Bolivia no fue un proyecto surgido por mero capricho de las figuras políticas y militares de entonces, sino que tenía bases históricas profundas. Durante el período colonial, hasta 1776, el Alto Perú y el Bajo Perú formaron una sola unidad, que la división política no pudo quebrar. Los vínculos humanos, históricos, comerciales y geográficos persistieron y persisten, inclusive hasta nuestros días.

Santa Cruz tan conocedor de estos vínculos, buscó la unificación de los dos países en un solo Estado, del cual sería Jefe Supremo. Esta unión recibió el nombre de Confederación Peruano-Boliviano. Aunque la idea no era exclusiva del mandatario boliviano, ya Bolívar y posteriormente Luna Pizarro, habían sugerido la creación de una confederación compuesta de tres estados, formando Bolivia el Estado del sur y dividiendo el Perú en Estado norte y del centro (parte sur del Perú con el departamento de La Paz). Santa Cruz también abordó este proyecto, creando los estados nor y surperuano, unidos a Bolivia mediante la Confederación.

En 1836, vencida toda resistencia interna, Santa Cruz dedica sus esfuerzos para llevar a la práctica el proyecto de la Confederación y es en Tacna, en el Congreso de mayo de 1837, se establece la unión confederada. Santa Cruz es elegido Jefe Supremo y Protector de la Confederación Perú-Boliviana, por diez años y presidente del Estado en que se hallare. Cada Presidente sería designado por él y el Parlamento se reuniría cada dos años. Así se mantendría hasta 1838. Presidentes de los estados Nor y Sur Peruano serían Luis José de Orbegoso y Pío Tristán, respectivamente. Santa Cruz, por su parte conservaba asimismo la presidencia de Bolivia.

Por decretó dado el 28 de octubre del mismo año estableció la Confederación Perú Boliviana, integrada por los tres estados o repúblicas:

• El Estado Nor Peruano con capital en Lima.

• El Estado Sur Peruano, con capital en Tacna.

• El Estado Boliviano, con capital en La Paz.

BATALLAS EN LAS QUE SANTA CRUZ ONDEA VICTORIOSA LA BANDERA BOLIVIANA

Por entonces, el Perú vivía un estado de completa anarquía, Gamarra que no compartía las ideas de Santa Cruz se une a las tropas de Felipe Santiago Salaverry, quien se había proclamado Jefe Supremo del Perú, pero sufre una fulminante derrota en la batalla de Yanacocha, 13 de agosto de 1835, a manos del Ejército Unido comandados por Santa Cruz y Orbegoso, éste último había instalado un precario gobierno en Arequipa. Gamarra es desterrado a Costa Rica. El 4 de febrero de 1836 tiene lugar el combate de Uchumayu, donde Salaverry lleva la peor parte y tres días después, 7 de febrero, el ejército de Santa Cruz derrota de forma definitiva a las tropas de Salaverry en la batalla de Socabaya. El jefe militar peruano es fusilado el 18 de ese mes en la Plaza de Armas de Arequipa. Con esta muestra de excesiva dureza, se inicia el período de la Confederación Perú-Boliviana.

El establecimiento de la Confederación Perú Boliviana, así como la figura de Santa Cruz como su máxima autoridad, generó el descontento y la desconfianza de los gobiernos de Chile y de Argentina. Fue entonces que Diego Portales que ostentaba tres de los cuatro ministerios existentes: Interior y Relaciones Exteriores; Justicia, Culto e Instrucción Pública; Guerra y Marina, es decir, todos excepto Hacienda, entrevió el peligro que significaba para los intereses de Chile la consolidación de la Confederación, ya que bajo la sombra de esta no se podría alcanzar la hegemonía continental que añoraba para su país, además de representar una amenaza al equilibrio continental, sugirió una intervención armada contra los Estados Confederados. Por otro lado, el Dictador Juan Manuel Rosas de la Argentina, también se inclinó por invadir territorio boliviano, argumentando que los “unitarios” estaban confabulando para su caída y a la vez invocaba la “reivindicación del territorio de Tarija”.

MEDIDAS ADMINISTRATIVAS DE LA CONFEDERACIÓN

La administración de Santa Cruz en el vasto territorio confederado significó el predominio boliviano sobre las instituciones peruanas y se caracterizó por las reformas que fueron introducidas: Se expidió reglamentos de comercio, aduanas, y tribunales de justicia. También se promulgó los Códigos Civil y Penal, que ya habían sido implementados en Bolivia y que eran copias de los códigos napoleónicos. El gasto del Estado fue saneado y la economía fortalecida. Se promovió e incrementó la explotación de minerales (cobre y mercurio) y la exportación de azúcar, lana, salitre y algodón.

PRIMERA EXPEDICIÓN CHILENA

El Presidente chileno Joaquín Prieto inició las hostilidades contra la Confederación enviando una escuadra hacia el Callao, en agosto de 1836, donde se apoderó de tres importantes buques de guerra peruanos. El 26 de diciembre, el Congreso chileno declaró la guerra y consiguió también que lo hiciera el gobierno de Rosas en Argentina al gobierno del general Santa Cruz, acusándolo de promover la anarquía y la revolución en Argentina y Chile.

La escuadra expedicionaria chilena, un grupo de peruanos que se decían ser “restauradores” al mando del almirante Blanco Encalada, efectuaron el desembarco en Islay ocupando después Arequipa, el 12 de octubre de 1837. El 15 de noviembre, ambos ejércitos, confederados y chilenos se encuentran en Paucarpata, donde, con algunos incidentes el ejército chileno se declara vencido. El 17 de noviembre se firma entre Santa Cruz y Blanco Encalada el tratado de Paucarpata. Mediante el cual se establecía el reconocimiento de la Confederación por parte de Chile, la no intervención en asuntos internos para ambos países, un tratado de comercio, la devolución de los barcos robados por Chile y el reconocimiento de la deuda, gestionada por el gobierno de Chile para la naciente República del Perú. Los chilenos y los “restauradores” regresan a Chile.

CONTRA LA INTERVENCIÓN AR-GENTINA

El gobierno argentino, al mismo tiempo que el de Chile, declaró la guerra a la Confederación, dando principio a las hostilidades adelantando por el Sur de Bolivia un ejército a órdenes de los generales Alejandro Heredia y Gregorio Paz. En esta campaña, el ejército boliviano estuvo bajo el mando de los generales Burdet O’Connor y Felipe Braun y el coronel Eustaquio Méndez (el célebre Moto), se abrió con una fulminante campaña con la victoria de las fuerzas bolivianas en Cochinoca, 9 de febrero de 1838. Después, las tropas argentinas experimentaron nuevas y sucesivas derrotas como las de Humahuaca e Iruya, 11 de junio; Montenegro, 24 de junio, con estas victorias se había dado fin con la amenaza argentina a la Confederación.

LA SEGUNDA EXPEDICIÓN CHILENA

Tan pronto como el gobierno chileno llegó a saber lo sucedido en Paucarpata, rechazó el tratado anunciando la continuación de la guerra a la Confederación. Iniciados los preparativos, el 19 de julio de 1838 parte de Coquimbo la segunda expedición restauradora al mando del general Manuel Bulnes y los exiliados peruanos al mando de Agustín Gamarra, para restaurar la independencia del Perú y destruir la Confederación Perú Boliviana. A principios de agosto de 1838 el ejército chileno desembarca en Ancón y se encamina hacia Lima; Orbegoso por su lado ataca a las fuerzas expedicionarias en la Portada de Guía, pero es derrotado. Gamarra ya en Lima se proclama Presidente provisorio del Perú.

Los expedicionarios abandonaron Lima y sostuvieron un primer encuentro en Buin con los confederados, con Santa Cruz a la cabeza, Poco después los confederados son derrotados tras dura batalla en Yungay, 20 de enero de 1839, la suerte de la Confederación estaba sellada. Santa Cruz se traslada a Arequipa para movilizar las importantes fuerzas que aún conservaba en aquella plaza, pero no logra su propósito, además recibe la noticia del alzamiento de los generales Velasco y Ballivián en Bolivia y por lo tanto de su derrocamiento. Ante este descalabro militar Santa Cruz opta por renunciar a la autoridad protectoral y a la presidencia de Bolivia, 20 de febrero. Velasco formalmente asumió el poder el 22 de febrero de 1839.

LAS REPRESALIAS CONTRA SANTA CRUZ

El nuevo gobierno restaurador, tanto en Bolivia como en el Perú, trató duramente a Santa Cruz y a todos los que habían apoyado a la Confederación. Repudiado salió de Arequipa y acompañada de una pequeña comitiva se radica en Quito. Desde allí sigue el curso de los acontecimientos políticos que se suceden en Bolivia. Creyendo encontrar el apoyo de sus seguidores intenta retornar a su tierra natal, llega a Lima, pero su presencia es advertida y causa preocupación en los gobiernos de Chile, Perú y Bolivia, hasta que en una acción combinada es aprendido en Tacna y desterrado a Chillán, noviembre de 1843. Gracias a las gestiones de los reyes de Francia e Inglaterra y del gobierno del Ecuador, consiguen que Santa Cruz se traslade a Europa con el compromiso de no volver a América, 17 de diciembre de 1845.

La ingratitud y la mezquindad de los políticos y militares de entonces se ensañó con el hombre que supo llevar en alto el pabellón y la imagen de Bolivia, Santa Cruz fue declarado proscrito y traidor, indigno de llevar el título de boliviano y eliminado de las listas civiles y militares, la misma suerte corrieron sus colaboradores más leales, los generales Otto Felipe Braun y Francisco Burdett O’Connor, figuras célebres en la lucha independentista de América del Sur, quienes fueron borrados de las listas militares.

En 1848 el Presidente Manuel Isidoro Belzu nombra a Santa Cruz, ya en el exilio, Ministro Plenipotenciario de Bolivia ante los gobiernos de Francia, Bélgica, Inglaterra, España y el Vaticano. Santa Cruz aún mantenía la esperanza de volver a su tierra en cualquier momento, pero pasa el resto de su vida completamente olvidado por las dos naciones y por las que tan duramente había luchado por unirlas. Fallece a la edad de los 72 años, el 25 de septiembre de 1865, en Nantes, Francia, y es sepultado en Versalles. Al conmemorar el centenario de su muerte, en 1965, sus restos son repatriados y descansan en la Catedral Metropolitana de su ciudad natal, La Paz.

 
Revistas
Publicidad
Portada de HOY

JPG (502 Kb)


Publicidad

Sociales

NUEVO SALÓN PRÊT-À-PORTER DE LUPE MENDIZÁBAL

Erika Nacif, Frida Pereira, Lupe Mendizábal y Sonia López Olmos.

SESIÓN DE HONOR DE MESAS REDONDAS

María Luisa López, Gral. Juan Olivera, Rosario Sanjinés, Martha Aguilar, Gladys Peña, María Nela Zambrana, Katia Salazar, Elena López y Cecilia Nava.


Cotizaciones
1 Dólar:6.96 Bs.
1 Euro:8.12 Bs.
1 UFV:2.21887 Bs.

Impunidad