Necesitamos gobernantes filósofos

En estos últimos años, con mucha preocupación hemos sido testigos de centenares de conflictos sociales, culminando los mismos en agresivas movilizaciones callejeras, muchas veces con resultados lamentables de heridos y hasta fallecidos. Toda esa serie de enfrentamientos entre bolivianos hace ver que algo anda mal en la relación de gobernantes y gobernados, resultado lógico de una notoria administración estatal inadecuada.

Por todo ello y como soñar nada cuesta, desde estas columnas nos permitimos dar algunas sugerencias, pensando en el futuro de Bolivia:

En el entendido de que en sus orígenes el significado de la palabra filosofía se refería al “amor a la sabiduría”, pensamos que gobernantes y políticos de nuevas generaciones que lleguen a ocupar funciones de gobierno, deberían ser ciudadanos dedicados al estudio de la disciplina filosófica, para que así puedan dedicarse al estudio y a la meditación, en busca de la suficiente sabiduría para conducir al país por senderos del bien y la justicia.

SÓCRATES Y PLATÓN

Ya varios siglos antes de Cristo, el filósofo de la antigüedad, Sócrates, consideraba a la filosofía como una “terapéutica del alma”.

Y Platón escribió lo siguiente: “No acabarán los males para los hombres hasta que llegue la raza de puros y auténticos filósofos al poder o hasta que los jefes de la ciudad, por una especial gracia de la divinidad, se pongan verdaderamente a filosofar”.

COINCIDENCIA

Coincidimos plenamente con las afirmaciones de tan grandes sabios y tal vez de esa manera, los futuros gobernantes conducirían al país utilizando la lógica, el sentido común, y la sabiduría, para lograr el bienestar general evitando la ambición, la mentira, el engaño, la corrupción administrativa, la represión hacia los que no comulgan con sus ideas y en fin, todas las imperfecciones psicológicas que evitan el anhelado progreso de nuestro país.

FUTUROS GOBERNANTES

Después de un siglo y medio de la creación de Bolivia, ya es tiempo de que se acabe la desunión y la pelea entre compatriotas. Que se termine con el odio, el resentimiento y el absurdo revanchismo. Ya no nos lamentaremos del triste pasado, fijemos nuestra vista en un futuro próspero.

Hoy más que nunca, Bolivia necesita liderazgo nuevo, con una juventud de sentimientos sanos, actitudes positivas y progresistas. Hombres que buscan el bienestar general con base en el conocimiento y una verdadera justicia.

Al sugerir la presencia de futuros políticos dedicados a la búsqueda de la sabiduría, no pretendemos decir que necesariamente obtengan títulos académicos o masterados en filosofía. Los hombres sabios y justos de toda la historia de la humanidad no han ostentando diplomas.

Para la fundación de Bolivia, sus hijos han realizado cruentas e innumerables batallas y se ha derramado mucha sangre.

Por ello… ¡nuestra patria merece un mejor destino!