Falta gas en Tarija

El ingenio azucarero de Bermejo, en el departamento de Tarija, decidió suspender la molienda de caña debido a que no cuenta con el gas natural que necesita para la operación.

Esta noticia confirma los temores sobre la escasez de gas natural en el país, una escasez de la que los bolivianos nos enteramos solamente por lo que dice el embajador argentino.

No hay gas suficiente para exportarlo a la Argentina, los envíos a Brasil son por los volúmenes mínimos y, ahora se sabe, con la noticia de Bermejo, que tampoco hay gas para el consumo interno.

La política aplicada desde 2006 de ocultar las informaciones sobre el sector petrolero, suspendiendo el boletín mensual de YPFB y ahora cerrando el portal de Internet de la empresa, no es una solución, como lo han comprobado los avestruces.

La empresa que más volúmenes aporta en este momento es Petrobras, la brasileña, que tiene a su cargo 32% de la provisión y la segunda es la francesa Total, que aporta con 31%.

Es decir que las empresas responsables de los mayores volúmenes de producción son extranjeras. Y gracias a ellas, o las filtraciones que se dan, se puede saber lo que el gobierno quiere ocultar.

Que no hay gas suficiente lo dicen Argentina y Brasil, que han decidido reducir sus compras, o comprar de otros proveedores, pero YPFB sigue diciendo que todo está color de rosa.

Y está el caso vergonzoso del estudio de las reservas hecho por la empresa canadiense Sproule. En este momento, YPFB frena la difusión del informe, porque quiere cambiar las cifras.

La noticia de Bermejo es preocupante porque podría ser la primera luz roja que anuncia la llegada del momento en que Bolivia tenga que importar gas natural para el consumo interno.

Ese terrible momento no será resultado de una maldición, sino de la imprevisión. Habrá que comprar gas de los países vecinos, inevitablemente.

Y entonces habrá que agradecer que existen los ductos, que en un momento sirvieron para exportar gas, pero que, con pequeños ajustes, pueden servir para importarlo.

Y en el futuro habrá que proponerse no cometer los errores de ahora, que consistieron sobre todo en llamar “nacionalización” a un simple cambio de contratos, sin percatarse de que la palabra estaba ahuyentando a los inversionistas. Para hacer propaganda hay que tener cuidado.

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