Transporte público paceño y una muerte anunciada

Trasgresiones al Código de Transito y su Reglamento, suciedad, maltrato, poca consideración a niños y adultos mayores, congestionamiento vehicular, amenazas de paro y bloqueos, trameaje, peleas entre choferes y sindicatos, agresiones y destrozos a vehículos particulares, motocicletas y PumaKataris y en ocasiones música desagradable son parte de una experiencia recurrente cuando hablamos del servicio de transporte público paceño.

Los medios de comunicación masiva (prensa, noticieros de radio y televisión, páginas web) muestran con claridad que el transporte público en La Paz es deficiente y los usuarios y conductores de vehículos particulares tienen que lidiar con esta problemática todos los días.

Personas de elevada estatura cada vez que subimos a un minibús tenemos que acomodar nuestro cuerpo según los caprichosos cambios de estructura del motorizado. A veces nos golpeamos la cabeza y se ensucian o dañan las vestiduras por fierros salientes, por lo vetusto de los asientos. La incomodidad causa molestia, sin contar que podemos ser víctimas de alguna agresión verbal si hacemos algún reclamo.

Sin ánimo a favor o en contra, me referiré a las empresas Mi Teleférico y PumaKatari que tienen un sistema de transporte propicio para que los ciudadanos puedan movilizarse de una manera rápida, segura y moderna, aparte de recibir un trato cordial, respetuoso y solidario con niños y adultos mayores. El saludo y el orden son aspectos que hacen que estas empresas de transporte masivo sean de mayor aceptación, por ser instrumentos de enseñanza y cultura ciudadana. Por ejemplo se elimina la mala costumbre de comer dentro de los ambientes, se hace filas ordenadas, con respeto y obediencia a las paradas, se cede asientos a personas que los necesitan, etc.

En distintas entrevistas por medios de prensa, ex secretarios ejecutivos de la Federación de transportistas 1ro. de Mayo reconocieron su problemática y coincidieron en que la solución era un trabajo coordinado entre usuarios, autoridades y transportistas. Pero preguntamos a los actuales dirigentes: ¿Quién tiene que cambiar primero?, porque hasta hoy no mejoraron sus servicios. Si no van a cambiar, ¿qué futuro les espera?, ¿por qué creen que la sociedad paceña los está desplazando. ¿Por qué no cumplen la normativa de transito? ¿Por qué no cumplen sus propias resoluciones?

Sugerimos a los choferes sindicalizados del transporte público que reflexionen sobre sus deficiencias y errores, permitiendo que otras empresas estatales o municipales brinden el servicio con la calidez y calidad que lamentablemente no pueden proporcionarnos. Sería una demostración negativa oponerse al establecimiento de más estaciones de teleférico y nuevas rutas de PumaKataris en zonas alejadas, sabiendo que ellos no dan ni darán un servicio eficiente. No deberían oponerse a la adquisición de nuevos buses ni perjudicar a la sociedad paceña con paros o bloqueos.

Lo cierto es que cualquier estrategia que adopten para sabotear el transporte municipal o estatal llevará las de perder, porque no solo se enfrentan con el Estado o el municipio, sino también contra los propios vecinos que cansados por su conducta y servicio prefirieron a estas dos empresas que con esfuerzo y educación han ganado un lugar muy importante en la sociedad paceña.

Sin embargo pondero la actitud de aquellos buenos choferes sindicalizados que sí muestran respeto y consideración por las personas y de aquellos que cumplen a cabalidad la norma vigente y que pueden ser afectados en su imagen por culpa de muchos de sus colegas que se resisten a cambiar positivamente.