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Protocolo

¡Es hoy!... Paz y Amor en Nochebuena



La mesa idealmente debería darle un espacio mayor al habitual a cada comensal.
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Llegó el día más importante del mundo cristiano, el más esperado por las familias y por supuesto por los pequeños de la casa. En algunas horas más es Nochebuena, momento especial en el que conmemoramos el nacimiento de Jesús, para una gran mayoría… el nacimiento de nuestro “Niñito Jesús”.

Hoy será un día bastante agitado considerando que procuraremos tener todos los detalles a punto para que sea una noche perfecta, no debe faltar nada, sobre todo el amor, la paz y la comprensión.

Muchas familias, sobre todo las más tradicionales, muy temprano empezarán con la preparación de la típica y deliciosa picana, otras optarán por comprarlas ya listas para servir, desde luego hay muy buena mano culinaria en muchos restaurantes.

En esta ocasión, la cantidad a preparar será abismalmente menor en comparación con otros años, la razón es obvia.

Durante muchos años hemos tenido la fortuna y bendición de sentarnos alrededor de una mesa y compartir deliciosos manjares celebrando la noche buena en compañía de toda la familia, en muchos casos la familia grande como le digo yo, aquella que está compuesta por los abuelos, padres, hijos esposos, nueras, yernos, nietos y en muchas ocasiones amigos especiales que, por alguna razón, los invitamos a compartir nuestra mesa.

Esta Navidad es una buena ocasión para valorar lo que la vida nos regaló y no nos dimos cuenta o no le dimos la importancia que merecía. Después de todo lo que hemos vivido este año, esta noche debería ser más espiritual y procurar que sea menos comercial, aunque sé que lo último es difícil, pero debiéramos por lo menos explicar el real sentido y origen de la Navidad a nuestros pequeños y recuperar algo de la esencia misma de esta celebración, más aun cuando hay personas que no la pasaron bien y no la están pasando bien en este momento, un poco de empatía de vez en cuando no está demás. Afortunadamente, muchos podemos agradecer a Dios la situación en la que estamos pese a las adversidades, otros sin duda, también agradecerán siendo que fueron menos afortunados.

La frase “La Navidad es una temporada no solo de alegría sino de reflexión” de Winston Churchill nos viene como anillo al dedo.

En fin, después de haber tenido un año complicado políticamente en muchos países, tema en el que no intervengo, por si fuera poco, también la pandemia se apoderó de nuestra rutina y tomó el control de nuestros tiempos y actividades, pero sirvió para darnos cuenta que lo importante no está en la calle, sino en nuestros hogares junto a nuestras familias y hemos aprendido a darle valor a las cosas en su justa medida. Por supuesto, siempre hay y habrá excepciones.

Cuando parece volver la calma y un aparente mayor control de salubridad, la gran mayoría ha empezado a retomar sus actividades y otros de manera irresponsable optaron por los reencuentros y festejos tratando de recuperar el tiempo “perdido” en una sola noche en muchos casos… ¡esos son excesos!

La verdad es que esta situación no ha pasado y, según las últimas noticias, esto va para largo; pero volviendo a lo que realmente deseo escribir, voy a mencionar algunos consejos que serán de mucha utilidad para pasar un lindo día y por supuesto una maravillosa Nochebuena.

Antes que nada, por unos instantes seamos fríos y calculadores, suena mal ¿verdad? pero debemos fijar nuestras prioridades:

¿Vale la pena relajarnos tanto y arriesgar a nuestras familias por no tener los cuidados necesarios?

¿Es coherente habernos cuidado tanto tiempo aislados y al primer festejo salir corriendo?

¿No es más conveniente asegurar la salud de nuestros padres para volverlos a abrazar más adelante?

¿Si voy a casa de mis padres, realmente estoy siendo responsable?

Son preguntas que deberíamos hacernos de manera consciente, preguntas que tal vez nos incomoden ahora pero puede que en un futuro veamos que nos dieron una nueva oportunidad.

Lo ideal es que esta noche nos reunamos todos los que habitamos una misma casa, quienes estamos en contacto todos los días y tenemos una misma rutina y respetamos un buen protocolo de bioseguridad.

En el caso de tomar la decisión de recibir invitados, no queda más que ser rigurosos con el cuidado y respeto a los protocolos que debemos tener durante toda la reunión, puede parecer incomodo pero es la única manera en la que minimizaremos cualquier riesgo.

- Preparar un pediluvio para que los invitados ingresen a la casa.

- Usar mascarilla en lo posible durante toda la estadía,

- Tener a disposición mascarillas en caso de que uno de nuestros invitados no cuente con una.

- Evitar besos y abrazos, aunque sé la falta que nos hace.

- Utilizar constantemente gel con alcohol para manos (Mucho cuidado con la cocina y chimenea)

- Procurar tener un distanciamiento adecuado en todo momento.

- En lo posible, si somos invitados evitemos recorrer todos los ambientes de la casa.

- Evitemos tocar todo lo que vemos, recuerden que el virus puede permanecer en los objetos.

- Como anfitriones, por supuesto que vamos a dar lo mejor de nosotros sin necesidad de hacer aspavientos si alguna de estas recomendaciones no se cumple, en realidad tendría que nacer de cada uno asumiendo el riesgo que estamos tomando.

- Sin necesidad de perder el toque y buen gusto de la anfitriona, la mesa, idealmente debería darle un espacio mayor al habitual a cada comensal, ojo en el montaje.

- Procuremos que el lugar en el que nos encontremos tenga una circulación de aire adecuado, no es bueno permanecer en ambientes cerrados.

- Los obsequios pueden ser una cadena de contagios, tomar mucha atención con ello, no olviden que vienen de tiendas donde es posible que hayan tenido contacto con muchas manos.

- Si somos invitados, seamos prudentes en el horario, retirémonos a una hora adecuada.

Sé que mis recomendaciones son molestas, incluso podrían interpretarse como paranoicas, pero si nos esforzamos un poco, sé que pasaremos una linda y Feliz Navidad minimizando cualquier tipo de riesgo que a la larga nos permitirá estar juntos en la próxima Navidad.

Mis mayores deseos de Paz, Amor y Prosperidad para cada uno de ustedes y sus hogares, que el nacimiento de nuestro Divino Niño Jesús traiga mucha salud y bendiciones a todas las familias del mundo.

¡Feliz Navidad!

Georgette E. Bretel de Aliaga

Escritora y experta

Ceremonial, Protocolo,

Etiqueta y Comportamiento Social

www.facebook.com/Georgette.E.Bretel.de.Aliaga

Gebreteldealiaga.blogspot.com

 
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