[Jaime Martínez]

Entre 1823 y 1825

¿Cuáles fueron los antecedentes inmediatos del “sueño truncado” del que habla Eudoro Galindo?

Hacia 1823 la hoy Bolivia luchaba sola con los ejércitos realistas que le impedían lograr su anhelada independencia; pues la Argentina la ha abandonado a su suerte y el Perú ha fracaso al enviar al Gral. Santa Cruz, que fue derrotado en Falsuri. El ejército del Virrey La Serna ocupa este territorio, poniendo en peligro la reciente independencia del Perú. Con esas miras La Serna nombra comandante del Ejército del Norte a Canterac, y al del sur, a Jerónimo Valdez, de quien depende el Gral. Pedro Olañeta, acantonados en el Alto Perú. Bolívar, en Trujillo, organiza a los patriotas para oponerse a los realistas. La situación es peligrosa, pues Lima se encuentra entre dos ejércitos que la pueden invadir, ahogando la independencia peruana.

Como en toda guerra hay dos frentes: el militar, que actúa en los campos de batalla, y el político, que lo hace en el interior del país con otras armas: la intriga, el rumor, el sabotaje, con las cuales los españoles logran que la guarnición del Callao se les una; y, más tarde Lima también lo haga.

Los españoles se aferran al Alto Perú porque la riqueza de Potosí es capaz de sostener a los realistas en la guerra con los patriotas. Esto se evidencia con la correspondencia de los generales Olañeta, La Serna y Valdez. Así, Olañeta escribe: “(…) a mi salida de Potosí dejé 25 mil pesos para que Cornejo remitiese a usted y dice que lo verificó”. En otra carta: “(…) si con la plata no han marchado las vainas de los sables mandaré inmediatamente. Yo voy a Chuquisaca para ver cómo arreglo la caja, pues no tiene plata y de todas partes me la piden con empeño”.

Por su parte los patriotas bolivianos no dejan de pelear por la independencia con todos los medios. Continúan presionando a los realistas con las montoneras repartidas en diferentes lugares. Lanza hostiga a los españoles en La Paz y Cochabamba; Uriondo, Urdidinea en el sur; Mercado, Arraya, y otros también lo hacen. Esto obliga a los realistas a reforzar sus tropas en el Alto Perú, restándoles hombres para la guerra en el Perú e impidiéndoles invadir a la Argentina, con lo cual hacen lo posible para mantener la independencia de esos países.

En el frente interno los patriotas difunden rumores en una guerra psicológica que tiene éxito: dice que en el Perú se organiza una fuerza para invadir La Paz; dice que Uriondo y Urdidinea con ayuda de Salta van a tomar Potosí. Dice que… esos rumores logran inquietar al mando realista tanto que se ve obligado a movilizar sus tropas, con gasto de fuerzas y de dinero en pos de enemigos reales, pero invisibles o inexistentes. Valdez entra en territorio hoy boliviano en pos de Lanza, que el 11 de enero de 1824 ha tomado Chulumani, y pone en peligro a Oruro y Cochabamba con otras fracciones de su guerrilla. Valdez escribe a Olañeta: “Lanza se nos escapa a los lados de Mizque, por lo que será necesario que Ud. haga salir de Chuquisaca alguna fuerza sobre aquel punto para no dejarlo descansar ni a él ni a Sánchez; yo obraré sobre las circunstancias de modo que consigamos destruir”, sabido es que Lanza le obligó a la “Guerra de los Talones” por las marchas y contra marchas de ese ejército.

A esto se añade la difusión de ideas políticas patriotas y se explota la disensión entre absolutistas liberales españoles para sembrar la discordia entre ellos y dividirnos, o por lo menos debilitarlos moralmente.

La imprenta volante de Pedro Olañeta juega un importante papel al difundir los bandos que él redacta. Los patriotas corren las voces, los españoles están divididos; los realistas van a imponer nuevamente el absolutismo monárquico y agravar a indios y mestizos con fuertes impuestos. La patria que soñamos será de paz y de justicia, etc. y se apoyan en el bando de Olañeta que ha abolido el sistema liberal y ha puesto en vigencia nuevamente el absolutismo monárquico. Los patriotas se apoyan en las peleas que Pedro Olañeta, alentado por su sobrino Casimiro, está llevando a cabo, debilitando al ejército realista.

En ese ambiente tan convulsionado transcurren estos dos años cruciales para nuestra independencia, con gente que apoya cada vez más a la causa patriótica para lograr una verdadera independencia.

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