Proliferación de alojamientos clandestinos se extienden sin control a otros distritos

La desmedida proliferación de alojamientos continúa latente en la ciudad de El Alto a pesar de los reclamos de vecinos y lo más preocupante es que esta situación tiende a extenderse a otros distritos más alejados del centro de la urbe, según pudo registrar EL DIARIO.

Al respecto, el concejal Oscar Huanca señaló que la normativa 132/2007, que supuestamente establece algunos aspectos sobre la función de dichos lugares, no es cumplida a cabalidad.

A su vez, el vicepresidente de la Asociación para el Desarrollo de Planes y Programas y Proyectos Multidisciplinarios (Identidad), Miguel Ángel Rojas, afirmó que la promiscuidad crece también de manera acelerada.

Pese a haberse desarrollado varios encuentros entre instituciones y autoridades policiales sobre los peligros a los que están expuestos niños, niñas y adolescentes, principalmente, hasta el momento la autoridad edil aseguró que no se hace nada concreto para erradicar los delitos que se cometen.

En dichos encuentros, los representantes de las instituciones expresaron su preocupación por la proliferación de alojamientos en la ciudad de El Alto, situación que es ligada con delitos de violencia sexual comercial y trata de personas, pues estos lugares que, supuestamente, son espacios autorizados para que el viajero descanse, ahora funcionan como moteles ilegales donde se prostituyen a personas menores de edad o se registran casos de asesinato de la manera más común.

Entre los antecedentes destaca el pasado 24 de agosto del 2011, donde la Fuerza Especial Contra el Crimen (FELCC) de El Alto descubrió en un operativo tres alojamientos (Monarca, Un paso al Illimani y Cristian) que acogían a una red de delincuentes que se dedicaban a prostituir a mujeres adolescentes. Las pruebas recogidas por la Policía en estos centros pudieron mostrar libros de cobros a “clientes”, que pagaron por cometer el delito de la violencia sexual comercial en contra de las adolescentes víctimas.

La Ordenanza Municipal 132, emitida el año 2007 por el Gobierno Autónomo Municipal de la ciudad de El Alto, señala en uno de sus artículos que refiere al funcionamiento de lenocinios, que los moteles deben ser lugares debidamente autorizados de albergue transitorio en pareja (categoría d), que junto a lenocinios, deben abrir sus puertas a partir de horas 20:00 a 5:00, lo cual no es cumplido y tampoco verificado por las autoridades correspondientes.

Esta misma norma establece que los alojamientos o moteles son considerados clandestinos cuando no tienen documentación legal de funcionamiento, razón por la que deben ser clausurados de forma inmediata y definitiva por la dirección respectiva del gobierno municipal que en este caso es la Intendencia Municipal.

Al respecto, el concejal Oscar Huanca, manifiesta que sin duda es una preocupación el tema de proliferación de los alojamientos en la urbe alteña, principalmente por varios delitos ocurridos en los alojamientos, y luego porque no se cumple la Ordenanza Municipal 132.

“Hemos evidenciado a través de los mismos medios de comunicación que los alojamientos son utilizados como lenocinios, sabemos que el Gobierno Municipal sólo cobra como actividad económica, pero no hay una norma establecida para que se pueda fiscalizar. En este control también debe participar la Gobernación, toda vez que esta institución a través del Servicio Departamental de Salud es el que da permiso de manera abierta para el funcionamiento de ellos”, señaló.

Huanca acotó que desde su comisión se planteará al pleno del Concejo Municipal que se pueda establecer una reglamentación específica que pueda normar el funcionamiento de estos lugares de manera que se pueda frenar los delitos que en ellos se cometen y que quizá muchos de ellos no son conocidos y menos investigados.

“Vamos a insistir como comisión para que se pueda reglamentar este tema de proliferación, pues debía llamarnos a la reflexión los hechos que suceden donde la mayoría de las víctimas son adolescentes”, dijo la autoridad.