Renacer

Déjame tocar las nacaradas caracolas,

Que yacen dormidas en arenas remotas,

Percibir la suavidad de bellos lirios,

Ver cantos rodando por turbulentos ríos,

Oír el viento entre el follaje de amapolas,

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Déjame observar la vida microscópica,

Que estalla cada frágil segundo,

Cual jamás ser alguno,

Imaginó existente en este planeta.

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Déjame escudriñar raros insectos y aves,

Que extendiendo sus alas

Surcan el inconmensurable cielo,

Y a los animales de tierra, agua, admirarles.

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Déjame contemplar extasiado la corografía,

Del reino vegetal en su grandeza,

Triunfador de exuberantes selvas,

Y náufrago en umbríos páramos,

En completa armonía.

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Déjame ataviar de tiaras y collares,

Luciendo corindón y minerales,

Que dormidos, hibernan en recónditos socavones,

De vetas contenidas de oro y plata.

DIJO EL SER HUMANO.

CONTESTARON LOS FENÓMENOS NATURALES

Castigamos el lugar del que crees ser dueño,

Con tsunamis, terremotos y huracanes,

Nieve, hielo, sequía y otros desastres,

Más nunca te rindes y renaces triunfante,

Sobre la faz de la Tierra,

Eres digno de encomio,

¡OH PEQUEÑO GIGANTE!

MIRIAM HERNÁNDEZ DE SALAS