Viceministerio de expresión folklórica

No me parece mala idea, pues desde hace tiempo se está cometiendo hechos desvergonzados, como la apropiación indebida de la expresión folklórica y cultural de Bolivia, que está siendo avasallada por vecinos, es decir de expresiones folklóricas, danzas y manifestaciones culturales del acervo nacional en los nueve departamentos del país. So pretexto de que el patrimonio nuestro pertenece a todos los de la zona andina, según su interés, para poder utilizar estas expresiones como atractivo turístico y, tiempo después, registrarlas como expresiones patrimoniales ante la Unesco.

Toda esta motivación me colmó la paciencia, ya que días atrás hubo un festival de música y danza folklórica en México y ante mi asombro, el país hermano del Perú presentó Caporales como si fuera danza de origen peruano, lo que no es admisible. No tienen el menor reparo para apropiarse de nuestras danzas y expresiones culturales y lo peor, acompañados de nuestros conjuntos de música, que en cumplimiento de su trabajo viajan a donde se los convoque, pero también aportan a que avasallen lo nuestro.

Hasta cuándo, cómo se evita este bumerang, si no tenemos un ente dedicado a atender y defender lo que es nuestro, un tesoro en expresiones culturales, como ningún otro país tiene.

En vista de esta situación, vemos día a día que países hermanos vienen usurpando nuestra riqueza cultural para beneficio propio, ante nuestra positividad y demasiada tolerancia. Por estos temas se debería pensar en la creación de un viceministerio que con fuerza haga respetar todas las manifestaciones culturales del país.

Dicha entidad registraría danzas y expresiones folklóricas de los departamentos, previa catalogación de los mismos, como la famosa Entrada del Gran Poder de La Paz, que tiene un calendario inscrito en la Unesco, así mismo el famoso carnaval cruceño, la gran Entrada de Chutillos en Potosí, la Entrada de San Roque en Tarija, o la danza de los macheteros del Beni. Las agencias de turismo saben qué día está marcado para cada mágico acontecimiento, que se los encuentra en los manuales de turistas para su guía personal.

Se puede normar esta situación con un Viceministerio con visión amplia en defensa de los intereses de nuestra cultura y patrimonio inmaterial que está en la mira de los vecinos por la grandiosidad de manifestaciones que encantan a sus propios habitantes y a turistas que llegan al país y quedan maravillados. Por eso y mucho más, también la ciudad de La Paz fue declarada ciudad maravilla, de lo cual debemos estar orgullosos, porque estamos en los ojos del mundo.

Ahora bien, esto no quiere decir que estamos prohibiendo que estas manifestaciones se las presente en diferentes latitudes del orbe, sino que se ponga de manifiesto que dichas expresiones tienen un origen y pertenecen a un país, como en el caso del tango, que es representado en diferentes ámbitos culturales, pero esta manifestación se la reconoce como del acervo argentino.

Lo propio debería pasar con Bolivia, que nuestra riqueza cultural sea divulgada, pero que se exprese que es 100 x 100 de origen boliviano. Así mismo se debería normar el uso de nuestras vestimentas, como expresión cultural que tiene un origen y si se las utiliza para las demostraciones de danzas, se debería decir que son del acervo boliviano. Se debería normar la salida al exterior de los trajes típicos, para registrar a qué país los llevan, previo pago de impuestos a favor de los bordadores que crean estas maravillosas obras de arte, y tener un fondo de jubilación o un crear un centro de salud que aglutine a bordadores.

Al final todos estos temas son parte de una cadena que tiene que ser regulada por una entidad. Es decir en relación con los conjuntos de música o bandas, confeccionistas de trajes o bordadores y grupos danzantes netamente folklóricos.

Pero ante todo habrá que cuidar y hacer respetar todos estos elementos que son parte de la cadena de expresión folklórica del país y si hay que exportar, hacerlo con valor agregado, con la etiqueta: Hecho in Bolivia.