Nostalgias de colegio

El encuentro casual cada cierto tiempo con los ex compañeros de colegio a cualquiera le causa, de una u otra manera, cierta satisfacción nostálgica que crece cuando se visita las instalaciones donde se compartió con ellos varios años de la vida. En ese sentido, al evocar el colegio “John F. Kennedy” -hoy desaparecido- fundado por los meritorios profeso-res Lucio López Sánchez y Honorina de López, ya fallecidos, se experimenta gratas vivencias. Funcionó en la céntrica calle Ingavi durante décadas, y hoy se puede afirmar que, al haber contado entonces con un excelente plantel docente, educa-ron y formaron en sus aulas a innumerables promociones cuyos integrantes, capa-citados luego en ramas diversas, son una contribución a la sociedad.

En una pasada reunión de muchos ex alumnos de las promociones 71 y 73, se mencionó a los “profes” Hernán Silva (Ma-temáticas) quien se hallaba presente y fue objeto de sincero reconocimiento; Hernán Huarita (Geografía), Vicente Alvarez (Educación Física), Mario Rojas (Ciencias Naturales), Víctor Hugo Zegada (Música), Juan Brun (Religión), Gladys Miranda (Di-bujo), entre otros, así como a los alumnos Juan Rollano, Luisa Molina, Rómulo Var-gas, Pepe Borda, Raúl Benavente, Yolan-da Patón, Margarita Méndez, Carlos y Os-waldo Fortún, Hernán Ríos, Juan Alí, Ma- rina Santana, Germán Carita, Emigdio Ro-jas, Rosendo Lima, Moisés Mendoza, Hernán Guzmán, Julieta Peñaloza, Silvia Do-rado, y una lista muy larga que es imposible reproducir debido al corto espacio. Muchos de ellos ya ausentes de esta vida terrenal, otros muy lejos del terruño, y los más vivitos y coleando, a Dios gracias.

Se recordó travesuras y picardías de esos tiempos, figurando entre ellas la de haber puesto el mote de “San Pensiones” al Director del establecimiento, todo por-que cobraba religiosa y puntualmente la pensión mensual. Asimismo en un “Día del Maestro”, en pleno acto en el patio, con escenario y todo, se les entregó “obsequios”, y en un par de casos consistieron en varias cajas envueltas pulcramente en papel de regalo, y al grito de “que lo habrán, que…”, los profesores luego de sacar sucesiva-mente caja tras caja al final abrieron la más pequeña para encontrar un chanchito de Alasita, y el otro un par de abarquitas. Resulta que ambos mentores eran conocidos por sus apodos de “chanchito” y “ukamau”, respectivamente.

También se habló de la publicación de “El Defensor”, sólo dos números, del perió-dico del colegio, surgido por iniciativa de quien escribe y el aliciente económico de un compañero hoy fuera de nuestras fronteras. Sin duda fueron otros tiempos, ple-nos de sana algarabía. Y para cerrar estas nostalgias de colegio es oportuno canturrear: “los muchachos de mi promoción todos de gran corazón…”, del grupo “Los Caballeros del Folklore”. ¡Saludos a todos mediante el Decano de la Prensa Nacional, allá donde se encuentren!