[Alberto Zuazo]

Negativo impuesto al turismo


La burocracia oficialista es la más afanosa en reajustar impuestos, sin considerar los daños que pueden ocasionar. Esta situación, deplorablemente, nace en el seno de la Asamblea Legislativa, que no siempre tiene el acierto de guiarse por la amplitud de miras que debe tener.

Ahora se le ha ocurrido imponer nuevo impuesto al turismo, como si con ello pudiera sustituir la pérdida que se produce debido a menores ingresos para el país por las exportaciones de gas y minerales, aparte de productos no tradicionales, los cuales se reducen a unos pocos, siendo el más significativo el de la soya.

Probablemente los legisladores más se la pasan sentados en sus curules, antes de interiorizarse de las realidades que existen en todas las actividades públicas, principalmente las económicas, por ser las más sensibles para dañar las mejores conveniencias del país.

Esto último está ocurriendo con el avance que tiene en la Asamblea la creación de un impuesto específico contra el turismo, justo en tiempos en que éste crece en el país, como no había antes.

Es evidente que el mayor incentivo que tiene el turismo que llega a Bolivia es el bajo costo de vida y, por tanto, la facilidad que ello otorga a mucha gente, no precisamente la que prefiere ir a París o a la Florida, sino aquella que desee conocer otros países y sus realidades.

Entre éstas las relacionadas con la variada topografía que tiene Bolivia, puesto que tan pronto el turista puede estar casi a la misma altura del nivel del mar, como ascender hasta los 4.000 metros de altura, en algunos casi incluso por encima de este rango.

Es decir que Bolivia tiene dos atractivos para gente de recursos medios, pero que tiene vocación de conocer otras experiencias de vida y de condiciones climáticas en una misma estación meteorológica.

Esto es que tenga la oportunidad de viajar a otro país y, en el caso de Bolivia, encuentre novedades inusitadas y un costo accesible para sus gastos, acordes con sus salarios, no precisamente con fortunas.

En la actualidad, cuando se viaja por distintos lugares del país se observa que hay una relativamente mayor presencia turística, a la que debemos recibir con los brazos abiertos porque moviliza sectores sociales y económicos que de otra manera no podrían subsistir, menos prosperar, que es lo que habitualmente se procura cuando se tiene espíritu emprendedor en los negocios y medios de vida.

Recientemente efectué un viaje muy grato al Santuario de Copacabana, cuyo atractivo físico es el hermoso lago y enorme lago Titicaca, aunque últimos informes refieren que tiende a perder su caudal de aguas. Hasta el momento, se estima que descendió un metro.

Empero, lo satisfactorio fue ver que la mayor parte de los viajeros eran turistas extranjeros, procedentes de todas las latitudes del mundo, como ser europeos, estadounidenses, asiáticos y de países latinoamericanos.

En la visita a la Isla del Sol, uno de los atractivos que tiene Copacabana, pude advertir que por lo menos el 80 por ciento de los ocupantes de los botes eléctricos que permitir visitar este sitio son turistas, además se les advierte que les satisfacía sus expectativas al venir a Bolivia y, en especial, tener la oportunidad de navegar en el lago Titicaca, considerado como el que se halla a mayor altura en el mundo, al menos por la dimensión que tiene, que se acerca casi a los 10.000 kilómetros cuadrados y que es compartido con Perú.

Un aumento del impuesto al turismo, por más moderado que sea, será de gran impacto negativo. Los perjuicios los sufrirán los propios bolivianos que trabajan en el área del turismo, empezando por el transporte, y secundado por la gastronomía y otros servicios.

Es de imaginar si las embarcaciones del lago Titicaca, que suman unas cien unidades, de pronto dejan de tener la cantidad de pasajeros que les hace fructífero el negocio. Este, en todo caso, es un pequeño ejemplo, pero muy significativo, porque sus costos son accesibles para el viajero medio.

Hay también la posibilidad que otros destinos turísticos del país pierdan la creciente cantidad de visitantes que están experimentando, con lo que el sector se halla en vías de crecimiento constante.

Un impuesto de Bs. 60 por turista puede que para los legisladores no sea representativo, pero el solo hecho de que el viajero medio del exterior que quiera venir a Bolivia sepa que subió el impuesto de ingreso a su territorio, será suficiente para desanimarlo, porque hablar de impuestos siempre es motivo de preocupación y cuando suben resultan ser desalentadores.

En suma, en vez de procurar un modesto mayor ingreso para el Estado, lo que ocasionará es que muchos negocios declinen por falta de visitantes extranjeros que, por excelencia, tienden a ser consumistas, moderados si se quiere en el caso de venir a Bolivia.

TITULARES

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (769 Kb)      |       PDF (363 Kb)



Caricatura


Sociales

FIPAZ ABRE SUS PUERTAS AL DESARROLLO

Gerardo Dick, presidente Ejecutivo de Ferias & Eventos, y el burgomaestre paceño.