Auténticos decadentes…

Aclaro que no me voy a referir al grupo de rock argentino, sino a ciertos locutores que (sin criterio) “salpican” las ondas de radio con palabrotas, disparates y toda clase de adjetivos insultantes.

Recientemente, tuve la desgracia de subir a un taxi donde el chofer escuchaba un programa de mal gusto: el locutor repetía (por falta de vocabulario) los mismos disparates una y otra vez. El taxista parecía un zombie que no reaccionaba ante la inmensa cantidad de palabrotas que escuchaba. Miré alrededor y ninguno de los pasajeros parecía reaccionar.

Protesté con el chofer y le pedí (gentilmente) que cambiara de radio… lo hizo de mala gana y sintonizó otra emisora en la que (para mi sorpresa) los locutores bromeaban, reían y se insultaban… con un vocabulario francamente “decadente”.

Empecé a pensar: ¿en qué momento se echó a perder la radio? ¿Qué pasó con el control de calidad interno? ¿Dónde quedó el discurso de que los medios de comunicación son instrumentos de educación? ¿Quién controla los contenidos de las radios? Lo peor es que estos “habladores de mal gusto” piensan que están haciendo algo bonito, creen que utilizando un lenguaje grosero y vulgar son más atractivos. Todo lo contrario, el lenguaje que utilizan refleja su bajo nivel educativo y su falta de formación profesional.

Estos son los “auténticos decadentes”, son los que están empobreciendo la radio. Pero hay algo aún peor: por cada uno de estos “malhablados” hay también un oyente dispuesto a escucharlos, esto significa que la decadencia se está generalizando. ¡Vivimos en la época de lo absurdo, donde la decadencia es tendencia y se adopta como una moda!

(*) Director de Xperticia, empresa de asesoramiento y capacitación en Comunicación.

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