Desconfiar para protección a menores

Las recomendaciones que constantemente hacen psicólogos e instancias de investigación a las familias de menores y adolescentes es que siempre mantengan la desconfianza ante el entorno que rodea a sus hijos e hijas, sobre todo si ellos son menores u adolescentes, por ser el primer grupo de riesgo.

Se establece que el agresor es casi siempre una persona cercana al niño, con quien mantiene una relación de confianza y cariño. Porque en más del 60% de los casos denunciados, el agresor generalmente es un familiar o una persona conocida de la víctima. En el 90% de los casos, los agresores son varones y en más del 60% mayores de edad.

El delincuente sexual se caracteriza por una acentuada inmadurez emocional, con desequilibrio afectivo que se proyecta en las conductas repetitivas. Muchos son narcisistas y por ese motivo ni siquiera sienten culpa.

Pero lo importante es detectar la personalidad de un posible abusador sexual de menores u adolescentes. Como padres de familia pueden prevenir la comisión del delito si conversan con sus hijos e hijas de forma clara sobre educación sexual y evitar que otras personas puedan hacer toques impúdicos a los menores u adolescentes. En caso contrario, deben ser denunciados, antes de que se cometa la violación.

Para el fortalecimiento familiar se debe establecer canales de comunicación de todos los integrantes de la misma, crear un clima de confianza, aceptar la persona y el sexo de los hijos/as y enseñarles a pedir ayuda en situaciones de riesgo.

En el primer semestre de la presente gestión en las instancias de investigación se ha atendido 160 hechos de violación, 17 casos de tentativa de violación y 70 casos de violación de menores y/o adolescentes. Mientras que sobre hechos de abuso sexual se registran 112 denuncias, y los agresores si bien no pasaron de toques impúdicos en contra de sus víctimas, había el riesgo de que se convirtieran en hechos de violación, si las víctimas no denunciaban a tiempo.

Estos datos si bien demuestran un descenso de los hechos atendidos, en comparación con los del primer semestre de la pasada gestión, no se garantiza que nuestros hijos e hijas no corran ese riesgo innecesario.

Algunas Organizaciones no Gubernamentales (ONGs), aconsejan que los padres de familia siempre crean en sus hijos e hijas, para darse cuenta con prontitud de si están en riesgo de sufrir un delito de violación. Si dejamos de creer en nuestros hijos, generamos condiciones para que sean víctimas de violación o de otros delitos, porque la confianza y la comunicación deben ser las armas utilizadas a favor de los más vulnerables, además de mantener la desconfianza ante el entorno de nuestros menores y adolescentes.