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Poco avance en cambio de matriz productiva

Bolivia mantiene exportación de productos primarios

> Economistas plantean nuevos motores de crecimiento ante la caída de los ingresos por concepto de la venta de materias primas al mercado internacional


Exportaciones de quinua a Asía.

Bolivia avanzó mucho en la reducción de la pobreza en los últimos años; sin embargo, a lo largo de los últimos 13 años no logró modificar su matriz exportadora, sino todo lo contrario, se afianzó en la explotación de los recursos naturales, ahora junto con los agorindustriales pretenden mantener la dinámica de exportación de materias primas y el modelo no se modifica, según se desprende de la opinión de economistas y empresarios.

La exportación de quinua, café o carne a mercados asiáticos representan ingresos para el país, sin embargo, productos con valor agregado significarían mayores recursos para la economía nacional, aspecto en el cual todavía no se ha trabajado.

Sin embargo, hay algunos que encontraron nichos de mercados para vender productos elaborados en base a quinua, pero todavía es reducido. Mientras que Bolivia vende a la CAN soya y aceite de soya así como tortas.

Mientras las economías vecinas llenan la región con alimentos enlatados, producción de frutas y una gran variedad de productos, que Bolivia podría reemplazar.

A raíz del aumento del contrabando, que daña la economía nacional, y los déficits comerciales que registra el país en los últimos tres años continuos, el sector empresarial tomó la decisión de trabajar en reemplazar las importaciones, y para ello requieren del apoyo de las autoridades.

En su momento, Wilfredo Rojo, que estuvo al frente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), señaló a este medio, que si bien se vende productos primarios, es solo un avance y se debe trabajar para ofertar mercadería con valor agregado.

Asimismo, en una entrevista con este medio, el economista José Gabriel Espinoza recordaba que si bien el comercio internacional registra déficit, la relación de la venta de productos tradicionales y no tradicionales no se modificó, 80 % y 20 %.

Mientras el gobierno señala que se empezó a industrializar el país con las plantas de urea amoniaco de Bulo Bulo, Cochabamba, las plantas separadoras de gas natural y el proyecto del litio, que busca alcanzar la materia prima para la producción de baterías de litio.

Sin embargo, los industriales nacionales señalan que el crecimiento del sector sigue estancada, 16 % respecto al Producto Interno Bruto (PIB) y el sector de las manufacturas es el más afectado.

Las reiteradas observaciones y los frenos que impiden el cambio de matriz productiva son la falta de seguridad jurídica, reglas claras para la inversión privada e incentivos a nuevos emprendimientos para atraer capitales foráneos.

CAÍDAS

Mientras tanto, el economista Hugo Siles, en su nota de opinión en un medio paceño, titulada “Los nuevos motores del crecimiento”, señala que entre 2006 y 2014, el motor principal del crecimiento económico en Bolivia fue la mejora sustantiva de los términos de intercambio las materias primas, lo que permitió el superávit en cuenta corriente y fiscal, así como un aumento de las reservas internacionales.

Sin embargo, desde 2015 a 2019, la caída de los precios de las materias primas en el mercado internacional, el motor de crecimiento país a ser el gasto público (consumo e inversión), financiado por el incremento de la deuda externa e interna, y la disminución de las reservas internacionales, reflejado en un déficit fiscal.

CRECIMIENTO

Asimismo, Siles nombra los nuevos motores del crecimiento, según Anabel Gonzales, quien la expuso en el foro organizado por la Cámara Nacional de Industrias denominado perspectivas para Bolivia y Latinoamérica, inversión extranjera, innovación, emprendedurismo, integración comercial y la competencia.

Mientras tanto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un evento organizado por sus 60 años, dijo que el crecimiento económico sostenido en América Latina requiere inversión en infraestructura crítica y proyectos que permitan a la región aprovechar su enorme potencial de energía y recursos naturales.

Asimismo, sostiene que durante las próximas 2 décadas se espera que la demanda de electricidad se duplique en la región. Para satisfacerla, los países deberán invertir aproximadamente 878 mil millones de dólares en capacidad de generación, y 79 mil millones de dólares en redes eléctricas, sostuvo el BID.

A eso añadió que la Inteligencia Artificial ayudará a mejorar la eficiencia en la producción de bienes y servicios. Además, tiene el potencial de ayudar a resolver grandes problemáticas de la humanidad, como la cantidad de energía que consumimos y los desperdicios que se generan.

OBSTÁCULOS AL DESARROLLO DE LA REGIÓN

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe ha identificado ocho frenos que impiden el desarrollo social de la región y que van desde la enquistada pobreza a la desigualdad crónica, pasando por la falta de inversión en el tejido social y los impactos del cambio climático. Para superarlos, propone crear políticas centradas en los derechos y la igualdad, siguiendo los pasos marcados por la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.

Los países de América Latina y el Caribe están ante el desafío de implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo basado en la igualdad, la inclusión social y laboral, la erradicación de la pobreza, la sostenibilidad ambiental y el crecimiento económico.

Hacer frente a este desafío implica impulsar las tres dimensiones del desarrollo sostenible: la social, la ambiental y la económica.

Durante la Tercera Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe, que concluye este jueves en la Ciudad de México, el organismo de la ONU presentó un estudio, de 70 páginas, en el que identifica ocho obstáculos que impiden el desarrollo social en la región: La persistencia de la pobreza, que en 2017, el número de personas en ésta situación en América Latina llegó a los 184 millones, equivalente al 30,2 % de la población, de los cuales 62 millones, un 10,2 %, vivían en la pobreza extrema; las desigualdades estructurales y la cultura del privilegio, y es por ello que señala que los altos niveles de desigualdad existentes en la región conspiran contra el desarrollo y son una poderosa barrera para la erradicación de la pobreza, la ampliación de la ciudadanía, el ejercicio de los derechos y la gobernabilidad democrática.

También están las brechas en educación, salud y de acceso a servicios básicos. La Cepal observa que, en las últimas décadas, América Latina ha experimentado importantes avances en ámbitos como la salud y la educación, así como en el acceso a la vivienda, los servicios básicos tales como el agua potable, la electricidad y el saneamiento, e internet.

Sin embargo, persisten las brechas. A nivel regional, 6 de cada 10 jóvenes de entre 20 y 24 años concluyeron la educación secundaria, lo que muestra una mejora desde comienzos de la década de 2000, pero que aún debe ampliarse para universalizar la conclusión de este nivel educativo.

La falta de trabajo y la incertidumbre del mercado laboral es otra preocupación. “El trabajo es la llave maestra para la igualdad, el desarrollo personal y el crecimiento económico”, asegura el documento.

El acceso parcial y desigual a la protección social preocupa a la Cepal. A pesar de que la protección social es un derecho y es clave para eliminar la pobreza, que evita la marginación; y a pesar de los grandes avances registrados, la capacidad efectiva de los Estados de América Latina para proveer garantías universales de protección social a lo largo del ciclo de vida sigue siendo limitada.

 
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